Amiga Verdadera
- 26
- Abr
- 2014
Ella está ahí, dentro de ti: ¡La primera amiga verdadera! No se trata de encontrar a alguien, sino en ser.
¡Tú puedes serlo! Aunque ya te hayas decepcionado mucho, ¡con tantas que se decían ser amigas! ¡Así es mejor aún!
¿Por qué?
Porque como acostumbro a decir, harás de un limón una limonada. Pero ¿cómo te vas a beber una limonada sino tienes limón? ¿Cómo?
Con las decepciones de la vida he aprendido a no decepcionarme con lo que ya viví. Con la falta de comprensión que recibí aprendí a ser comprensiva. Con la falta de perdón aprendí a perdonar. Y así sigue… ¡la lista es larga!
Lo que me gustarían que hiciesen conmigo, lo hago con los demás, porque aquellos momentos difíciles fueron muy duros y marcantes. ¿Por qué debo seguir igual? ¿Por qué no recibí nada a cambio?
¿Quieres ser amargada con los demás, cómo lo fueron contigo? ¿Quieres dejar de dar, sólo porque no has recibido? ¿Qué será de ti? Crees que vas a encontrar favor y comprensión de las personas, ¿y si fuese así? Es justamente ahí que se van perdiendo los valores que están dentro de ti. Y lo peor es que dejas que los demás que te decepcionaron estén generando el mismo carácter que no aprobaste de ellos, dentro de si mismos.
Y yo, Viviane, ¡no acepto esto! ¡Jamás!
¿Sabes una cosa que aprendí en la vida y que me ayudó bastante a no decepcionarme? No esperar de nadie lo que quiero recibir. Si, espero siempre de mi, renuncia, espero de mi, entrega, y espero de mi, cambio.
La amiga verdadera es en primer lugar justa contigo, y después con el prójimo. Aprende a respetar las decisiones, no imponiendo tu voluntad. Aprende a no acusar, porque ella misma no es perfecta. Aprende a amar con sus errores, pero no apoyar lo que está mal, sino hacer frente al problema.
La amiga es sincera: Ella está dispuesta a hablar la verdad, aunque duela, porque quiere verte libre. ¡Por eso ella se arriesga! Ella arriesga incluso su estabilidad, para presentar la verdad. Es osada para decir aquello que nadie habla.
La vida de la amiga verdadera es una verdadera lección. Habla constantemente contigo, en el presente y en el futuro, porque tuvo y guardó sus principios.