- 16
- Dic
- 2013
¡Ahh… YO SOY JOVEN!
- 16
- Dic
- 2013
Muchas jóvenes vienen a la Iglesia, el tiempo va pasando y ellas dejan de arreglarse, empiezan a ir de cualquier manera.
Antes iban bien vestidas, no salían de casa sin maquillaje, pero después que empezaron a ser de Dios, dejaron que desear en su apariencia; hasta parece que es pecado.
Hoy salen de casa con ropa dos tallas más de las suyas, o sólo van con camiseta, pantalones jeans y zapatillas. Se hacen una coleta de caballo, y ya está.
Y tú dices: “Ahhh.. yo soy joven!”; Y otra cosa: “Esto es tan práctico; ¿para qué quedarse perdiendo tiempo?” Y a veces incluso eres una obrera.
Hay algunas que, incluso los miércoles y domingos, van de pantalones jeans a buscar el Espíritu Santo. No que este mal, pero ¿vas de pantalones vaqueros a un matrimonio?
No… te pones lo mejor; si te dejan vas más bonita que la novia. Para Dios, con cualquier cosa ya está bien.
Joven, si eres de Dios, entonces tu cuerpo es templo del Espíritu Santo. Y ¿cómo has cuidado de él? Quién sabes, quizá ni te has parado a pensar en esto.
Todo lo que hacemos es una ofrenda a Dios, y en cuestión de tu apariencia y vestuario, ¿cuál ha sido tu ofrenda?
Entonces, para y analiza, toma una actitud e invierte en ti. No es pecado arreglarse.
Y entonces piensas: “¡Ruth yo no se arreglarme y mucho menos maquillarme!”
Eso es una escusa, porque puedes pedir ayuda a alguien que sabe, o visitar webs de moda. Hoy, en internet, tienes de todo, tanto para el bien, como para el mal. Entonces vamos a invertir en el bien.
Claro que, al principio va a ser un poco complicado, extraño, pero después te vas acostumbrando y perfeccionando (esto para aquellas que no tenían costumbre de arreglarse).
Porque para las que ya se arreglaban antes de venir a la Iglesia, es sólo practicar, despertar aquello que estaba dormido.
Entonces chicas, vamos a cuidar de nuestra apariencia, para Dios y para nosotras mismas
Escribirme diciéndome en qué os ayudó este artículo, y enviadme fotos en el Facebook, mostrando lo que aprendisteis.
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Un abrazo, y hasta el próximo artículo.
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Romina torres
30 junio, 2016 a 14:2
Yo era así, antes de conocer a Dios tardaba horas y horas en arreglarme,pasaba horas frente al espejo, empecé a ir a la iglesia y fui orientada a no maquillarme tanto en exceso, lo hice, paso el tiempo y cuando quise darme cuenta, ya me vestía con jeans, Zapatillas. Muchas veces en ves de peinarme solo me hacía un botón en el pelo, me ponía remeras grandes que no eran de mi talla, muchas veces para ir a trabajar me levantaba, me lavaba la cara, me vestía y me iba, fui todo un desequilibrio, incluso en mis principios de obrera. Solo el espíritu santo habló conmigo y me hizo entrar en razón. Solo Dios, incluso atraves del Rush aprendí como arreglarme, a preocuparme más por mi misma, yo solo pensaba en servir, muchas veces no pensaba como me estaba presentando frente a Dios.
Ana Mirian
1 julio, 2015 a 0:2
Cierto señora hay que cidar de nuestra apariencia por que es una ofrenda para Dios.
pamela Cerón
10 marzo, 2015 a 23:2
Cuidar de nuestra apariencia no es solo lo interior si no también lo exterior. Pues una forma de demostrar que somos diferentes a la otras chicas es en nuestra forma de vestir, ya que la moda opta por llevar lo mas pequeño o mas «sexy» mas no es ser eso, si no una joven equilibrada, bonita , bella pero elegante. Los miércoles y domingos son para Dios porque ir de cualquier manera? Ahora podemos cambiar el chip. Gracias
Erika Cortez
31 octubre, 2014 a 5:2
Es muy cierto sra. muchas veces por no querer llamar la atención del mundo, o por no ir con la moda de este mundo terminamos descuidando de nuestra apariencia; como si por ser de Dios no debiéramos cuidarnos. Cada detalle sirve de testimonio para ganar almas para Dios.