¿QUIÉN ES DIOS? ¿QUIÉN ES USTED? – EPISODIO 64 : ¿QUIÉN ES JESUS EN EL RECHAZO?
- 26
- Dic
- 2023
¿Por qué el mundo odia al Señor Jesús? ¡Porque Él muestra las malas obras que hace el mundo! Y a mucha gente le gustan sus malas obras, le gusta el pecado, le gusta la indisciplina, el desorden, la injusticia. Sí, les gusta hasta la mentira, la ilusión.
Jesús dijo:
“El mundo no puede odiaros a vosotros, pero a mí me odia, porque yo doy testimonio de él, que sus acciones son malas”. Juan 7:7
El Señor Jesús estaba hablando con Sus hermanos, quienes no creían en Él, los hermanos miraban al Señor Jesús como un ser natural, normal. Por lo tanto, no prestaron atención a lo que el Señor Jesús decía, enseñaba y orientaba.
Jesús dijo algo cierto a sus hermanos, pero ellos estaban tan concentrados en lo natural que les entró por un oído y les salió por el otro, ¿entiendes?
Este es el caso de toda persona que no cree, no le da importancia, no valora, no presta atención, no se observa, porque no ve la necesidad. Jesús les habló:
“Subid vosotros a la fiesta; yo no subo a esta fiesta porque aún mi tiempo no se ha cumplido”. Juan 7:8
Jesús tenía Su deber, Sus obligaciones y sabía la hora exacta.
“Y habiéndoles dicho esto, se quedó en Galilea.
Pero cuando sus hermanos subieron a la fiesta, entonces El también subió; no abiertamente, sino en secreto. Por eso los judíos le buscaban en la fiesta y decían: ¿Dónde está Ése?
Y había mucha murmuración entre la gente acerca de Él. Unos decían: Él es bueno. Otros decían: No, al contrario, extravía a la gente. Sin embargo, nadie hablaba abiertamente de El por miedo a los judíos”. Juan 7:9-13
La gente quiere encajar en la sociedad y no quiere crear problemas creyendo en Alguien que es odiado y perseguido. Entonces, la gente prefiere no tener fe por el precio que tienen que pagar.
Porque, una vez que profesas la fe, también traes sobre ti el mismo odio que el mundo tiene hacia el Señor Jesús. ¿Está dispuesto a hacer esto?
Recuerdo que antes de conocer a Jesús, tenía información sobre Él. Mi padre y mi madre me enseñaron acerca de la Verdad. Pero no quería admitirlo para no perder nada. Porque yo era frágil en mi fe. No era nacida de Dios.
Porque una vez que una persona nace de Dios, asume, no tiene miedo, está orgullosa, en el buen sentido, de tener fe en el Señor Jesús, porque Él le salvó la vida. Así que no tengas miedo de los ojos de la gente.
Pero Jesús cambió mi vida, ¡gracias a Dios! Un día tuve el encuentro, el bautismo con el Espíritu Santo, y Él me cambió por completo.
Bueno, hablemos del Señor Jesús, allí en medio de la fiesta, donde no se manifestó hasta:
“Pero ya a mitad de la fiesta, Jesús subió al templo y se puso a enseñar.
Entonces los judíos se maravillaban, diciendo: ¿Cómo puede este saber de letras sin haber estudiado? Jesús entonces les respondió y dijo: Mi enseñanza no es mía, sino del que me envió”. Juan 7:14-16
¿Recuerdas que los hermanos de Jesús, los hijos biológicos de María y José, le habían dicho a Jesús una manera de tener mucho éxito en la fiesta, ¿recuerdas? Bueno, Jesús, en medio de la fiesta, subió al templo y estuvo enseñando.
Él no era cobarde, enseñaba allí en el templo y la gente estaba asombrada. Porque la Palabra de Dios, las enseñanzas de Dios penetran dentro de nosotros, como una luz que nos hace ver las cosas como deben ser, y la gente entonces se sorprendía, se preguntaba cómo Jesús conocía las palabras, si no las había aprendido. Jesús dijo:
“…Mi enseñanza no es mía, sino del que me envió. Si alguien quiere hacer su voluntad, sabrá si mi enseñanza es de Dios o si hablo de mí mismo”. Juan 7:16,17
En otras palabras, Jesús no estaba allí para decir algo sobre sí mismo, sino que estaba allí para hablar sobre lo que el Padre le había dado.
Cuando haces algo por ti mismo, hay una gran diferencia. Pero cuando haces a Dios hay otra manera de verlo, no esperas ser apreciado, quieres agradar a Dios y ese fue el enfoque del Señor Jesús, agradar al Padre, hacer lo que el Padre le había mandado hacer.
Esta relación entre el Señor Jesús y el Padre muestra respeto, amor, fidelidad, compromiso, entrega incondicional, sin importar si las personas están a su favor o no.
Me gustaría que notaras si te ha pasado esto. ¿Cambias según las personas con las que estás? ¿O tienes una fe definida donde quiera que vayas?
Bueno, quédate con la pregunta, y aprovecha para, aunque sea practicar alguna disciplina en tu vida, podrás decirle a Dios quién has sido. Si has sido cobarde, si tienes miedo, si quieres encajar en este mundo, puedes hablar con Dios: “Dios, no quiero ser esta persona, no quiero ser injusto. Asumo mi fe. No quiero ser un cobarde. ¿Qué tengo que hacer? Muéstrame, ¿qué necesito entregar? Ya no quiero vivir dependiendo de los demás, porque ellos no pueden salvarme, el Señor sí puede”.