¡Obrera que es Dedicada!

En seguida viene a la cabeza, que es aquella que siempre está presente en la iglesia, que es “palo” para toda obra, que nunca dice no a nada.

Siempre muy recta, su uniforme siempre impecable y arreglado. Sólo le falta la aureola en la cabeza para ser un angelito.

Cuando está cerca de la persona responsable o del pastor, se muestra quietita, cuando en verdad, sólo su familia sabe lo que hay detrás de aquella linda apariencia.

Ahora yo pregunto: ¿Serán esas las características de una obrera dedicada?

La respuesta es: ¡¡¡NO!!!

¡No confundamos el hacer, con el Ser!

Muchas incluso lo intentan, pero no consiguen ser dedicadas de hecho y de verdad, pues sólo se dedican a hacer algo que les traiga beneficio, honra y reconocimiento.

Al fin y al cabo, ¿qué es ser dedicada?

Presta atención en lo que dice el diccionario sobre la palabra dedicar. Es algo mucho más profundo de lo que podamos imaginar.

Dedicar:

Ofrecer (por dedicación);

Consagrar;

Destinar;

Emplear;

Sacrificar

Por lo tanto, ser dedicada tiene mucho que decir, es OFRECER su propia vida en el altar;

ES CONSAGRAR su vivir, o sea, vivir lejos del pecado, de lo que le perjudica, de lo que le hace mal espiritualmente y, para eso, tiene ser radical;

ES DESTINARSE a hacer única y exclusivamente la voluntad de Su Dios, y no la de terceros.

ES EMPLEAR todas sus fuerzas en su llamado, en favor de su prójimo.

ES SACRIFICAR todo, en función de su mayor patrimonio, ¡la Salvación!

Muchas obreras piensan que por llevar mucho tiempo en al iglesia, no necesitan dedicar su vida de esta forma.

¡Qué engaño! ¡Qué locura!

¡Ah! Y aún hay más… algunas hasta piensan que la Campaña de Israel ya no es para ellas.

¡Quien tiene oídos oiga, y oiga atentamente, lo que Dios quiere de cada una de nosotras!