9º Día : Y cuándo el corazón se queda airado, ¿qué hacer?

Hola a todos los internautas, ¡ya estamos en el noveno día del Ayuno!

Y es con placer que estamos aquí en el Blog, yo estoy aquí en mi blog de Vivifreitas, mi padre está en su blog, Julio está en el suyo, mi hermana también; estamos unidos en estos 21 días a favor de que vosotros recibáis aquello que hizo lo mejor para nuestra vida, lo que nos hizo soportar dificultades, problemas,… y hoy estamos aquí dando vida para vosotros, porque un día fuimos bautizados con el Espíritu Santo, y nutrimos y guardamos aquello que Dios nos orientó, por eso estamos aquí; hoy vamos a abordar: “Y cuándo el corazón se queda airado, ¿qué hacer?”

En Salmos 4:4-5 dice así:

“Airaos, y no pequéis; meditad en vuestro corazón sobre vuestro lecho, y callad… Ofreced sacrificios de justicia, y confiad en el SEÑOR.”

¿Quién no se aborrece en la vida? ¡siempre nos enfadamos con algo! Eso no quiere decir que pierdes el Espíritu Santo, porque te enfadas, ¡Dios no está mirando que seas una persona perfecta, sin pecado!¡Nada de eso! lo que Dios quiere de nosotros es que no vivamos en el pecado, y vivir en el pecado es, por ejemplo: Vivir airado todo el tiempo, siempre estar airado, siempre estar de mal humor, todo es un problema,…. Eso no agrada a Dios, ¡por qué te pesa a ti! ¡Y pesa a las personas que están a tu alrededor! A Dios no Le agrada, y no quiere nuestro mal, cuando Él dice:

“Airaos, y no pequéis;..” Observa que Dios comprende cuando llega el momento en que te quedas airado, Él también se queda airado, pero Él dice así: “…no pequéis;..” es decir, tienes derecho de airarte, ¡pero no tienes el derecho de guardar eso y que se vuelva un pecado!

“…no pequéis; meditad en vuestro corazón sobre vuestro lecho, y callad… ”

Quiere decir que el hecho de meditad en vuestro lecho es que verifiques; no es porque estás furioso que tienes razón,… sino que tienes que verificar los hechos; quizá la otra persona no entendió como tu entiendes, no es madura como tu eres madura, quizá la otra persona no lo hace porque no le fue revelado.

Por eso cabe a ti consultar en tu lecho el corazón, tu corazón, no sirve de nada quedarte aquí juzgando, mirando con malos ojos, porque eso va a ser motivo de que peques,

“…meditad en vuestro corazón sobre vuestro lecho, y callad…”

Es decir, el hecho de quedarte ansiosa, de querer justificarte, de querer ir ahí y hablar a tu manera, de querer mostrar que tu estás en lo correcto; esto, no es algo inteligente, por lo contrario, ¡eso es una inseguridad!

“…meditad en vuestro corazón sobre vuestro lecho, y callad. Ofreced sacrificios de justicia, y confiad en el SEÑOR.”

¿Qué es lo que tienes que hacer? Tienes que sacrificar; lo que es justo es perdonar, lo que es justo es entender, ¿qué es justo hacer en esta situación? Es invertir en la persona, enseñarla como proceder para que no haya aborrecimiento.

Voy a hablaros sobre mi misma, me gustan las cosas bien hechas, y la persona hace las cosas de una forma que no me gusta, por ejemplo; yo no tengo derecho de airarme mientras que yo no enseño, y si yo enseño, ya enseñé, ya pasé tiempo enseñando y aquella persona continua cometiendo el mismo error, yo me voy a enfadar, pero ¿qué tengo que hacer antes de enfadarme? Porque como yo ya sé que me gustan las cosas bien hechas, por eso ¡yo tengo que ofrecer sacrificios de justicia! ¡yo tengo que enseñar! Yo tengo que dedicar tiempo para enseñar, para que no haya aborrecimiento, ¡esto es ofrecer sacrificios de justicia! No solo en la parte física, sino también sacrificios de justicia, en cuanto a tú dominarte, es injusto que quieras que la persona adivine lo que tú quieres; entonces hay innúmeras cosas, que pesándolas vas a ver que terminas siendo injusta también, entonces:

“Ofreced sacrificios de justicia, y confiad en el SEÑOR.”

Cuando hay una confianza, no hay desconfianza; no hay miedo, no hay perturbación, no hay inseguridad; cuando hay confianza en Dios ¡tú estás seguro! Nada va a salir mal, porque Dios es conmigo; yo hice mi parte, y lo que no aconteció; si hubo algún error, vamos a aprender de los errores que yo no veía antes; entonces, confía, repara, resuelve,…

En este Ayuno de los 21 días, puedes percibir que estamos hablando de lo que está dentro de ti, no estamos hablando de lo que haces en la Iglesia; si tú limpias, si evangelizas, si haces reunión con miembros, si haces reunión con personas,… seas quien seas; si eres un emprendedor, si eres un empresario, no importa quien seas, lo que importa en este Ayuno es que llegues delante de Dios y aproveches bien está oportunidad; reparar tus errores, esas cosas inconvenientes de ti y sentir dolor por haber sido injusta con Dios; es así como Dios hará algo dentro de mi.

Yo no llego a Dios y Él no me atiende cuando yo sólo quiero que Él haga Su parte, sino cuando me miro a mi misma, mi proceder, mi actitud, y es con dolor que quiero algo justo, ¡quiero ofrecerle algo justo!; no quiero tener ese proceder, esa actitud, ese pensamiento, sea lo que sea,…

Entonces cuando llego hasta Él y hablo, me despojo; no es posible que no lloré, no puedo no derramarme; porque cuando yo me veo injusta, me veo así, que Dios no merece esto mío; entonces mi oración, mi búsqueda, mi entrega, ¡es real! ¡es real! Porque yo expreso lo que está dentro de mi.

No importa lo que el pastor está hablando, lo que los demás están diciendo; si están alabando, si están adorando; lo que importa es lo que yo estoy haciendo para Dios; si ellos están en la Iglesia o no están en la Iglesia, lo importante es que yo sea sincera; exponer todo lo que hay dentro de mi.

¿Está bien amiga internauta?

Entonces, sé racional, cuando Dios le da una respuesta a alguien, es porque esa persona razonó; Dios responde cuando razonas, cuando hablas lo que es inteligente; lo que hay dentro de ti, lo que es verdad dentro de ti; aquello que es ilusorio, que es pasajero, que es bla, bla, bla,… Él no responde.

El bla, bla, bla,… ya se sabe, todo el mundo puede hacerlo, pero una conversación seria, y sincera; de exponer lo que está dentro, no es para todo el mundo, no todo el mundo lo hace.

Entonces amiga, ¡haz tu parte! En esta Ayuno empieza esta semana dedicado tiempo, escucha los audios del Obispo Julio, del Obispo Macedo, mi audio; escucha lo máximo para que puedas sumergirte en aquello que necesitas desarrollar.

Pon todo lo tuyo en este Ayuno, ya es el noveno día, y tenemos algunos días más por delante para que te dediques.

Entonces empieza hoy como nunca lo hiciste, ¿está bien?

Un fuerte abrazo para vosotras y hasta mañana que estaremos aquí de regreso.