61º Día | Ser el Testimonio

61º Día | Ser el Testimonio

27 de Marzo | Lunes | Juan 16:8-11

“…Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado…”

¿Qué debo de hacer antes de oír el audio? Clicka aquí

Hola a todos los internautas, es un placer estar juntos.

Hoy vamos a leer Juan capítulo 16 versículo 8-11

“…Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.

De pecado, por cuanto no creen en mí;

De justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más;

Y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado…”

Amiga internauta, estos versículos están hablando sobre el espíritu Santo.

Observa que el espíritu Santo viene para convencernos del pecado; el no sólo nos capacita, nos da poder, también nos convence de nuestros propios errores y pecados… ¡El es un auxiliar!

Voy a contaros un poquito de mi experiencia: cuando yo recibí el espíritu Santo, me sentía invencible y pensaba: ¡no hay nada imposible! Cualquier probación, cualquier problema, yo lo voy a sacar «con nota», yo pensaba, sólo que en el caminar de la fe, descubrí que tenía muchos errores para ir trabajando dentro de mí.

Y cuando recibimos el espíritu Santo, no recibimos el espíritu de un ángel, porque continuamos siendo un ser humano sujeto a fallos, pero con el espíritu de Él, que es de humildad, sumisión, obediencia, etc. Pero El nos da algo yo mas cuando recibimos el Espíritu Santo: PODER.

¿Y para qué sirve ese poder?
¿Para poder apenas curar, profetizar, etc.?

Para mí el mayor poder que el espíritu Santo opera en mí, es el de convencerme de mis propios errores.

El me guía, me da dirección, me orienta y me muestra lo que está mal, auxiliándome, pero él está sujeto a mi espíritu, es decir, soy yo la que realiza la elección.

En otras palabras, si yo quisiese de aquí para delante a optar por vivir de una forma carnal, practicar cosas que no me hacen practicar mi fe, hacer cosas cerradas, el Espíritu Santo no me lo va a impedir, porque Él no me obliga a nada, y sino que me da libre albedrío y respeta mi decisión.

Y ahí entra la dificultad, porque Él no obliga, y hay manías, errores… que yo voy a tener que reparar y descubrir, para que así Él pueda hacer la obra en mí.

Yo creo que ya hablé aquí en el blog que yo pensaba que hacía la obra de Dios, ¡pero me equivoqué! Para quien verdaderamente hace la obra de Dios, en primer lugar, Dios hace la obra en su interior, convenciendo a la persona del pecado.

Por ejemplo, imagínate que yo fuese un ángel aquí en la tierra, sin fallos, sin errores… ¿Para que yo iba a necesitar un salvador? Pero por qué yo tengo mis errores y mis debilidades, yo necesito depender de él, necesito un salvador o de un Auxiliador, el espíritu Santo.

Y sólo a través del espíritu Santo es que somos convencidos de nuestros errores.

Entonces, tú que has visto en tus debilidades, tus errores, tus pecados, que te lastiman, en realidad hay alguien – el Espíritu Santo- que te los está mostrando…. y Él no los muestra para “todo el mundo”, porque si fuese así, la Iglesia sería una maravilla, el mundo aceptaría a Jesús con facilidad, sino que Él apenas convence a la persona que está inclinada y sensible a la voz de Dios.

Si yo tengo el Espíritu Santo, no estoy sensible a la voz de Dios, yo no voy a poder solucionar mis errores y tampoco voy a ser convencida por el Espíritu Santo.
¿Por qué? Porque yo no estoy aliada a Dios, estoy aliada a mi manera, a mi voluntad.

Por eso Jesús dice: “Ven a mi…”; Él siempre nos invita a llegar hasta Él, y no al contrario, para que tengamos ese libre albedrío, podamos elegir de seguirlo o no.

“…Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio…”

Sólo Él me va a convencer del pecado, porque tú y yo no somos ángeles, ni perfectos, y si nosotros no somos ángeles, entonces tenemos muchas cosas que desarrollar y poner en práctica la fe.

Pero, ¿cómo voy a escuchar la voz de Dios? Yo sólo voy a oírlo si reconozco que Lo necesito.

“…De pecado, por cuanto no creen en mí;…”

En otras palabras, las personas que no son convencidas por el Espíritu Santo de sus errores, es porque no creyeron en Él.

Observa que situación…

Yo nunca imaginé que la falta de convencerme de mis errores, es una falta de mi creencia para con Dios.

Porque si yo no soy perfecta y no hay en mi necesidad o inclinación para las cosas de Dios, entonces está claro que no me va a convencer, porque yo no le doy oportunidad.

Observa que es importante vigilar y estar sensible a la voz de Dios.

Pero, ¿cómo voy a ser sensible a la voz de Dios?

Cuando comiences a observarte a ti misma, cómo oras, cómo vas a la iglesia, como reaccionas, etc.

A veces, vas a tener personas a tu lado que no te van a decir nada, pero por tu estar sensible a la voz del Espíritu Santo, ¡Él mismo va hablar!

¡No vas a ser sensible observando a los demás!.

Porque quieres agradar a Dios, eso te hace estar atenta todo el tiempo a ti misma.

Si yo creo que estoy perfecta; que ya estoy bautizada con el Espíritu Santo y no necesito nada más; que sólo necesito ayudar a las personas, etc. Entonces el Espíritu santo no puede trabajar en mi vida.

¡Y ahí está la razón de porque muchas personas están en la iglesia tanto tiempo, las más antiguas y acomodadas! Porque viven del pasado, del tiempo en que recibieron el Espíritu Santo, pero sus vidas, hoy, están paradas y eso no glorifica a Dios amiga.

No glorificas a Dios por lo que viviste cuando recibiste el Espíritu Santo, sino que Lo glorificas hoy, ahora, cuando tú oyes y obedeces a Dios; ¡y dependiendo de aquello que haces con el Espíritu Santo que tienes!

¿Has sido sensible a la voz De Dios?
¿Él te convenció de tus errores?
¿Realmente quieres agradar a Dios, o has sido religiosa?
Diciendo que quieres servir, honrar, pero tus palabras y tus actitudes no coinciden, quiere decir, tú hablas de una algo religioso, tienes una fe emotiva y no una fe real, porque si esa fe es real, vas a cobrar de ti misma y los resultados de tu fe son visibles.
Amiga internauta, Dios no es un juego… Y no tengo que quedarme esperando a que Dios haga lo que yo tengo que hacer, soy yo quien tiene que ir hasta Él, y voy hasta Él porque necesito, no porque soy buena, porque tengo 27 años de IGLESIA, porque soy esposa de obispo, etc. ¡Yo voy hasta Dios, porque veo mis necesidades!

“…por que no creen en mi…”

Es muy fuerte, porque cuando eres convencida por el Espíritu Santo, cambias.

Ya hablé aquí de cosas sobre mi, que descubrí, y con certeza todavía voy a descubrir, porque no soy perfecta, pero ahí entra mi necesidad, mi compromiso con Dios, cuando tengo ese compromiso, entonces, me exijo avanzar en la fe, en mi relación con Dios.

“…de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más;…”
Cuando el espíritu Santo no está teniendo acceso a mí, yo soy injusta, porque el pecado es injusto, y éste me hace ser injusta, me lleva a creer que estoy lo suficientemente bien, a tener malos ojos, a juzgar, creer que está todo bien, que no necesito vigilar, cuidar mis palabras y lo que hago, si yo no soy convencida por el espíritu Santo, con certeza voy a cometer injusticias.

Hubo veces que fue difícil para mí oír la voz del Espíritu Santo, y ser convencida de mi pecado; tuve que llorar, buscar, esforzarme, insistir para que le Espíritu Santo me hablase; eso me mostró que yo tengo que preocuparme, porque cuando nos interesamos por las cosas de Dios, insistimos, no es magia, yo tengo que hacer mi parte y perseverar en la transformación.

El juicio se refiere a una persona madura, que sabe juzgarse así misma. Cuando permito que el Espíritu Santo haga su obra en mí, no vivo de lo que aconteció apenas en el pasado, sino que tengo experiencias y descubrimientos todos los años, siempre; si yo tengo ese juicio y uso la fe inteligente, yo sé juzgarme a mí misma y estoy atenta a mis reacciones.

Amiga internauta, espero que aproveches bien lo que has leído hoy, porque el Espíritu Santo es rehén de tu espíritu.
¿Y yo? ¿qué no tengo el Espíritu Santo?

Es lo mismo.

Si el Espíritu Santo está sobre ti, Él te va a mostrar tus errores, para que así, puedas entregarte por completo.

Y sabes que cuando descubrimos nuestros errores… es tan bueno… nos volvemos sensibles, humildes y más cerca de Él, pero cuando no, te vuelves resistente.

Y puedes ver si estás usando o no la Fe inteligente.

Un fuerte abrazo y hasta la próxima.

Dejar un mensaje

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*