5º día – ¿Quién es hijo de Dios?

Hola a todos. Es un placer estar aquí, siendo Una con Él. ¡Es una maravilla! Pero tú, que deseas, realmente ser Una con Él, ¿estás dispuesta a enfrentar las verdades y resolverlas?

Hoy vamos a hablar de quien conoce a Jesús, o quien es hijo de Dios.

«Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios» (Juan 1:12-13)

Para la persona que recibe a Jesús, se le dio el poder de ser un hijo de Dios. Más bien, Jesús era el único Hijo, hoy, es el primogénito, porque hay más hijos para ser engendrados por Dios. Estos son los que creen en Su nombre.

Y tú dices: «¡Pero yo creo!» El que cree, sacrifica su voluntad. Renuncia, se entrega. ¿Estás dispuesta a deshacerte de tu propia voluntad, y que Su voluntad prevalezca. Quien cree, está atenta a Su voz, vigilando, porque espera la vuelta de su Señor.

¿Quiénes son los que creen? Los que no nacieron de la «sangre», ni de la voluntad de la carne, o del hombre, sino de Dios. No es por que sea mi «hijo», o mi «hermana» o hija del Obispo Macedo, que va a nacer de Dios.

¡Negativo! Tienes que ser engendrada por Dios y , para eso debe existir esa creencia de renuncia y sacrificio, pues esta es una prueba de vuestra entrega. No hay otra forma. Quien cree, no es por la sangre, voluntad de la carne o por mi voluntad, sino por tu creencia.

Leemos todos los días algunos versículos del capítulo de Juan, y si tú crees, tomarás posesión, lo recordarás y te lo tomarás en serio, guardando contigo lo que has oído. ¡no lo olvidarás!

¿Sabes cuando vas para la reunión, y te son transmitidas muchas cosas? Quien no prestó atención y no lo guardó, piensa: «¡¿Qué es lo que se habló?!» Como no le dio tanta importancia; no lo guardó. Sin embargo, cuando le da importancia, lo guarda y cela por aquello. Tiene temor, para no olvidarse de aquello que oyó.

Aquellos que creen, pagan un alto precio de entrega y por eso están siempre atentos, poniendo a Dios en primer lugar en sus vidas. Primero la voluntad de Él, y obedecerle. Antes de hacerlo en relación a mi misma o de mi esposo.

«…los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios»

Ayer hablábamos sobre aquellos que no Lo conocen.

Hoy hablaremos sobre quien conoce a Jesús.

· La persona es flexible;

· Se entrega;

· Es humilde;

· Es sumisa;

· Obediente;

· Tiene temor;

Es un aspecto fundamental, quien conoce a Jesús, tiene el poder de ser hecha Hija de Dios. ¡Tiene Su ADN!

Y por eso, tiene paz, dirección, certeza……¡No tiene miedo a ningún mal, ella confía!

Cuando alguien no conoce a Dios, desconfía, tiene recelo, es tímida.

Por ejemplo, delante de un nuevo desafío, si no conoces a Jesús, quizás al principio puedas quedarte nerviosa, cuéntale todo, y cree que Él está a tu lado. Así consigues superar los desafíos y esos temores.

Observa, quien conoce a Jesús no es nacido de «sangre». A veces, la propia persona se convence de que es hija de Dios, pero viendo los frutos, no existe esa alegría. Es una persona frustrada, insegura, no tiene amor por las almas, pues ni amor por sí misma tiene, o no te valoras… … ¿Cómo valorarás a los otros?

Pero quien conoce a Dios, nace por a través de una creencia, no son sólo palabras. Se basa en la práctica, en la entrega, renuncia y sacrificio, como lo hemos dicho arriba.

Amiga, todo depende de ti, en estos 40 días. ¡Lo que Dios tenía que hacer, ya lo hizo! Ahora, el poder está en tus manos, de llamar la atención de Él, a través de tu creencia y de tu entrega.

¡No te olvides! Participa y describe lo que te llamó la atención.