40º Día –  Porque mi testimonio es verdadero

Viviane Freitas

  • 19
  • Jul
  • 2014

40º Día – Porque mi testimonio es verdadero

  • 19
  • Jul
  • 2014

Hola a todos los internautas.

Habiendo llegado al 40º Día de nuestra Cuarentena, dime: ¿La aprovechaste? ¿Agarraste la oportunidad, obteniendo transformación, cambio de pensamientos al respecto de Dios y en relación a ti misma? Dime… ¡date a conocer!

Igualmente me gustaría saber vuestra opinión, porque no quiero dejar por aquí nuestra Cuarentena. Quiero continuar hablando acerca del Libro de Juan, dando continuidad a nuestra lectura en el mes de Agosto, el próximo.

Quiero realmente acompañaros, aquí en el Blog, a través de la lectura de la Palabra de Dios. Pretendo que saques bastante provecho de la misma, para que no llegue sólo hasta ti, sino que también alcance a otras personas.

Puedes dar testimonio, hablando sobre lo que pasó contigo, durante los días que nos has acompañado en el Blog. Alcanzarás a personas que están en una “crisis” espiritual, que están desde hace mucho, o hace poco tiempo en la Iglesia, pero que necesitan respuestas. Pídelas que acompañen los artículos de la lectura de Juan, a los cuales daremos continuidad en mes de Agosto.

“Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

Entonces los fariseos le dijeron: Tú das testimonio de ti mismo; tu testimonio no es verdadero.

Respondió Jesús y les dijo: Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque yo sé de dónde he venido y adónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni adónde voy.

Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie.

Pero si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el Padre que me envió.

Aun en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero.

Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí.” (Juan 8:12-16)

El testimonio es verdadero, justamente cuando sabemos de donde vinimos y para donde vamos.

Tal vez digas: “Yo vine de una familia destruida, donde mis padres discutían en casa, donde habían vicios, traiciones, mentiras, engaño, etc.” Conoces la parte física de su vida, pero desconoces lo que hay dentro de ti. Tienes la información de Dios, sabes que Él es la Luz del mundo, que Él es la respuesta, porque cuando estás en la Iglesia y oyes la Palabra de Dios, ves una dirección. Percibes que allí existe paz, pureza, santidad, a través del Espíritu transmitido en las propias palabras. Entonces, sabes que Dios existe. Pero, tal vez estés lejos, participando, oyendo las cosas de Dios, pero ¡aún no sabes de donde viniste y quien eres! Tal vez sabes algunas cosas, pero no profundamente.

Sólo hay una forma de conocernos a fondo: ¡Cuando nos acercamos a la luz! Así, conseguimos ver nuestra “pudrición”, imperfección y debilidades. Y, cuando nos “vemos”, sin duda, no vamos a buscar a Dios basadas en una religión, sino porque hay un “grito”, que clama “socorro”, ¡pidiendo una respuesta inmediata! No quiere beber más en esa oscuridad, en esos tormentos del alma.

“…porque yo sé de dónde he venido y adónde voy…”

El Señor Jesús era perfecto; vino de Dios. Pero, si percibes Su trayecto, hasta entonces, verás que siempre hizo participe al Padre, ¡en Su vida! No hizo Su propia voluntad, sino la del Padre. No juzgó por Él mismo, sino a través de Aquel que Le envió.

Sabes quien es el Padre, lo que el Padre pretende que Él haga, ¡Por qué Lo oye!

Existe una conexión con Dios.

Y hay forma de conocerse: ¡Cuando oyes al Señor Jesús!

Él dijo: “Venid a mi todos los que estáis cansados o sobrecargados, ¡y yo os aliviaré!.”

Jesús no dijo que vengas “perfecto”, sino de la forma en que estás, lleno de errores, pecados, frustraciones…. Aunque todas las personas te rechacen, Dios extiende las manos hacia ti, mostrando Su poder en tu vida. Pero tienes que creer, reconocer como está tu situación. Porque, de otra forma, no puede ayudarte, sino reconoces tus propios fallos.

“Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.”

Dios dice: “Yo tengo la luz, la dirección, la seguridad, el equilibrio que estás buscando en tu vida.” Pero, si quieres seguir en medio de las tinieblas, viviendo en tus errores, y dices que es muy difícil buscar a Jesús porque tienes que renunciar a muchas cosas, es porque piensas que las tinieblas son un refugio y te dan seguridad. Cuando, en realidad, no te dan ninguna seguridad, ¡y por eso estás de está manera! Te quedas amargada, con un vacío, una necesidad de respuesta… parece que necesitas un novio, un marido, una amistad, relación, e incluso cuando estos existen, nunca te sacian. ¡Justamente porque no tienen luz, dirección, paz!

Independientemente de donde estés ahora, y aunque viajes por cualquier otro lugar del mundo, incluso al más lindo y maravilloso, no te traerá paz, ¡porque el vacío está dentro de ti!

Quien sigue la Señor Jesús – la Luz del mundo – acepta Sus Palabras y obedece Sus mandamientos, no anda en las tinieblas y perdido, sin saber adonde ir, angustiado, triste, deprimido, inseguro, sólo y débil… Porque estás son características de las tinieblas. Pero, cuando existe la Luz, aunque enfrentes momentos difíciles, por los cuales el propio Señor Jesús pasó, como situaciones de tristeza y angustia, estos no son más que instantes pasajeros. Para los que andan en tinieblas, sin embargo, estos momentos son continuos, en forma de tristeza, de depresión, fragilidad, debilidad, un mal que constantemente los acompaña. Viven en ese tormento.

Para los que están en la luz, todo es pasajero, porque hacen uso de la Palabra y sacan provecho de la misma; tienen dirección de la Palabra de Dios, y alcanzan lo que buscan.

“Entonces los fariseos le dijeron: Tú das testimonio de ti mismo; tu testimonio no es verdadero.

Respondió Jesús y les dijo: Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque yo sé de dónde he venido y adónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni adónde voy.”

¿Estás segur de tu salvación? SI Jesús vuelve ahora, en este exacto momento, ¿estás segura?

Si realmente lo sabes, entonces estás en la luz, tienes dirección, paz, seguridad. Pero sino tienes esa paz vives atormentada, con el pasado constantemente presente en su vida, entonces no sabes para donde vas y ciertamente eres una persona llena de miedo e inseguridad.

“…yo no juzgo a nadie.

Pero si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el Padre que me envió.”

¡Por eso hay seguridad! Quien está con Dios, no está sola en este mundo, sino que posee esa fuerza, en su interior.

Espero tu comentario, el testimonio de tu vida, aquí en el Blog, que pueden hacer mucha diferencia en la vida de los demás internautas, y es una satisfacción muy grande, porque, aquellos que lo aprovecharon, ¡se hicieron escogidos!

Y tú, que todavía no has aprovechado, ¡tienes tu oportunidad!

Un fuerte abrazo. Volveremos con los artículos, acompañando el Libro de Juan, en Agosto. ¡Prepárate! Invita a tus familiares, amigos, personas que están distantes, lejos de los planes de Dios, para que lo oiga contigo. Llámalos para una merienda y participar juntos, en un propósito. Haz discípulos, amiga internauta, para que el Señor Jesús sea glorificado en la vida de aquellos que aún no tuvieron la misma oportunidad que tú.

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