27º día – ¿De verdad estás buscando a Dios?

«Por tanto, cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus discípulos, subieron a las barcas y se fueron a Capernaúm buscando a Jesús. Cuando le hallaron al otro lado del mar, le dijeron: Rabí[a], ¿cuándo llegaste acá? Jesús les respondió y dijo: En verdad, en verdad os digo: me buscáis, no porque hayáis visto señales[b], sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el cual el Hijo del Hombre os dará, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello». (Juan 6.24-27)

La multitud estaba detrás del Señor Jesús. Subieron a las barcas y se fueron a Capernaúm.

Dedicaron tiempo, pero no buscando la comida que no perece, al contrario, la intención estaba en la multiplicación de los panes y peces, de la que habían participado y disfrutado. Trabajaban por el alimento físico.

No sé por qué razón vas a la iglesia, ni lo que te motiva a buscar al Señor Jesús, pero una cosa es cierta: si estás buscando a Dios por tus amistades, por «competir», para no quedar por detrás, y no para obtener la comida que no perece, Dios sabe tu intención, ¡no vas a conseguir nada! Es más, sí conseguirás algo, el espíritu engañador, porque no estás siendo sincera. En realidad, no quieres al Señor Jesús.

Por eso tantas personas son engañadas. Porque cuando van a la reunión, van motivadas por los demás y no por lo que quieren alcanzar, por su objetivo.

Otro motivo, es porque ora lo que oye, y no lo que realmente está en su interior. No muestra quién es, incluso, tiene muchas dudas y sentimientos, que nunca cuenta a Dios.

En la reunión se queda con la boca cerrada, sólo ora en el «pensamiento». Mientras que en su pensamiento predomina lo que está en el exterior, a su alrededor… Y el diablo aprovecha para alimentar esa pérdida de tiempo en la fe.

No estás buscando la comida que subsistirá; vas a la iglesia, haces el ayuno, dejas de ver la televisión, pero estás distraída en otras cosas, como «conversaciones inútiles», cotilleos, etc. Entonces, no estás participando con un objetivo. Así te engañas a ti misma, y estás esperando al engañador.

Si sientes una emoción, haciendo esto, expresándote de forma sistemática, vas a recibir al engañador, y encima te convertirás en una obrera endemoniada. El diablo querrá ilusionarte, porque estás buscando de forma equivocada.

Tienes que buscar a Dios porque lo necesitas, no porque otros te quieren ayudar. Hacerlo porque no toleras más el pecado, las imperfecciones, y ser una persona problemática.

¡Te sientes identificada! Entonces, tienes que hablar con Dios. Llegar hasta Él de la forma correcta.

La multitud, cogió el barco… fueron al otro lado del mar. Hasta mostraron disposición, pero con la intención equivocada, buscando la comida que Dios les daría.

Encontrarás a Dios, dejándole participar en tu vida; preparándote para la reunión, y no con los pensamientos «a mil», por ejemplo preocupada por el chico del que estás enamorada. ¡No estás siendo sincera!

Entonces, resuelve esto y cuéntaselo a Dios, usando la fe inteligente, siendo sincera y transparente. Y sinceridad es transparencia, no tiene nada que ver con emoción, nada de comparación o competición. ¡Es resolver lo que está dentro de ti!

Espero tu comentario. Si te has identificado con esta situación, escribe tu nombre y dime qué necesitas, e intentaré responderte.

Un gran abrazo. Mañana volvemos.