19º Día del Ayúno

Dar vida a lo invisible

Hola a todos. Estamos en el 19º Día del Ayuno de Daniel.

Tengo aquí el comentario de Rosana, hecho el Día 16º, que dice lo siguiente:

“Comencé a hacer el Ayuno de 21 Día hoy. He estado engañada, incluso dentro de la Iglesia. Ya no quiero vivir en la emoción, en el pecado; a mi manera. ¿Qué debo hacer? Estoy llena de dudas, me siento culpable por causa de los errores y pecados. Tengo tres días. ¿Es posible que en estos Días pueda ser transformada y una nueva persona? No quiero que pase la oportunidad.”

Rosana, la primera cosa muy importante que estás haciendo, es reconocer tu situación. Estas consciente de quien has sido hasta el momento, delante de lo que has oído. Pero, no es motivo solo para sentirte culpable, porque la culpa no nos hace usar la fe. Cuando existe creencia, no hay culpa.

La otra forma de alimentar la culpa o la duda, es cuando estás viviendo en el pecado y lo alimentas; cuando miras para atrás y oyes al diablo.

¿Qué quieres?

Cuando usas la fe inteligente decides lo que quieres, das pasos en dirección a lo que crees, y no te basas en aquello que hiciste o dejaste de hacer. Esto es la fe inteligente. ¡No hay nada de sentimiento!

No importa el tiempo que has pasado en la Iglesia, o quien seas.
Rosana, ¡es tu oportunidad!

Lo que Dios más aprecia, es cuando un pecador se arrepiente de sus pecados. ¡Hay fiesta en el cielo!.
Entonces, Rosana, esa culpa proviene del diablo, o porque estás viviendo en pecado, lo que no creo que sea, porque no deseas más vivir de esa forma.

Y ¿cómo puedes dar fin al pecado y dar un punto y final a tus sentimientos? Cuando razonas y percibes lo cuan miserable has sido hasta entonces. ¿Qué te ha aportado, y hecho de bueno, esa situación? ¡Nada!

Entonces, define lo que quieres y sométete a las palabras del Señor Jesús.

“Por la fe entendemos que el universo fue preparado por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve no fue hecho de cosas visibles.” (Hb.11:3)

Observa, amiga, la fe te permite entender y no vivir en la duda. Comprender que lo invisible puede hacerse visible porque hay una creencia como se refiere el primer versículo de Hebreos, capítulo 11: “Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”

Todo ser humano está sujeto a duda, pero ¿cuándo es que nuestra fe está en “alta”?
Cuando estamos en el Espíritu. Cuando definimos lo que queremos oír, atentos a la voz de Dios. Y esa voz nos transmite certeza, haciéndonos practicar aquello que oímos.

La fe es la certeza de cosas que se esperan: Si yo hago un atendimiento a una persona y me quedo preocupada, entonces no usé la fe. Si doy consejos, haga lo que haga que me deje preocupada o ansiosa con el día de mañana, es porque no estoy actuando según la fe inteligente.

La fe de la que hablamos te hace depender de Dios y estar en sintonía con Él. Es este el tipo de fe que agrada a Dios.
Por ejemplo, al dar un consejo, aunque la persona no esté entendiendo, estoy segura de lo que le estoy diciendo, y aquella certeza genera la paz y la alegría. De acuerdo con el versículo: “…la convicción de lo que no se ve..” ¡Y esto es maravilloso!
Tú que ya estás en el Ayuno de Daniel, ten esta certeza.

¿Has comprendido, Rosana? Lánzate en aquello que crees y tira a la “basura” todo lo que te tiene presa y te ha hecho esclava, sean sentimientos, pecados, errores… Lánzalos fuera, bautízate en las aguas, y ¡verás que tu oportunidad no pasará!

Hasta mañana, aquí en nuestro Blog.