Servir (3ª Parte)

¿Cómo puedo dar vida si estoy “muerta”?

¿Muerta? ¿Cómo?

Estás apenas consciente de la Palabra de Dios pero no tienes en ti misma ninguna novedad de vida.

Lees la Biblia llegando rápidamente a una “conclusión” de lo que aquello significa, pero en tu día a día no comparas tu vida con aquello que has leído. Aumenta tu conocimiento pero se dificulta tu relación con Dios.

Actúas instantáneamente con una fe emotiva, creyendo que estás haciendo lo correcto; hablas acerca de lo que leíste pero tienes dificultades en resolver tus problemas, que ya consideras “normales”.

Comienzas a tener un conocimiento de la Palabra de Dios solo para cumplir un deber religioso, pero no lo aplicas en tu propia vida.

Tu objetivo normalmente es ayudar a los demás o trabajar para quienes lo hacen, pero no inviertes en tu interior, creyendo que eres una “buena persona”, que está siempre atenta a todos a tu alrededor, y que eso es suficiente para estar “bien con Dios”.

Pero el hecho es que ella no vive en novedad de vida. Sus experiencias son apenas con el poder de Dios, o sea, la liberación del vicio, la cura de la enfermedad, el familiar que se convierte, etc., pero nada ligado a su propia relación con Dios. Nada más envuelve a su ser.

Al leer la Biblia no tiene satisfacción; orar no le trae ya respuestas; buscar ya no le agrada; y su adoración no conlleva ningún amor sincero para con Dios. Pero continúa usando palabras supuestamente convincentes, tales como: “La Biblia nos da satisfacción”; “Dios está bendiciendo”; “Estoy buscando a Dios”; “estoy en la lucha”, etc.

Cuando escuchamos el loor, percibimos que tipo de relación tiene esa persona con Dios. Sus palabras no revelan la verdad de su ser, sino una consciencia de cómo se debe adorar.

Realmente, no tiene noción de lo que está haciendo. ¿Sabes por qué?

Continúa en la próxima semana.