Revolución Interna

Silvia Alvarenga

  • 11
  • Jul
  • 2012

Revolución Interna

  • 11
  • Jul
  • 2012

¿Cómo ocurrió la revolución en mi vida?

Fue de la siguiente manera: Estaba recibiendo varios pedidos de ayuda y estaba marcando un día para atender a cada persona.

Sin embargo había muchas cosas que aún estaban pendientes para ser resueltas. Y todas las responsabilidades que tenía a mi cargo no se trataba de meros problemas administrativos, sino de vidas que necesitan una respuesta o una dirección.

Tenía la conciencia de que todo se iría a resolver a su tiempo. Pero cada día aumentaban los emails y los atendimientos. El grito de dolor me ahogaba interiormente diciéndome a mi misma: ¡Dios proveerá!

Sinceramente había una confianza, pero el tiempo pasaba y las personas con sus aflicciones estaban esperándome para recibir una respuesta.

¡Imagina el dolor de nutría en mi interior!

Yo no soy un ángel impecable y por eso entiendo la necesidad del alma de cada una. Y sé que esas necesidades no pueden atrasarse.

Pero, ¿cómo administrar tantas necesidades al mismo tiempo?

Mientras que estaba tolerando mi dolor, se apaciguaba, pero no cesaba. Y siempre que alguien venía hasta mí o veía en la mirada la necesidad de alguien, se encendía el dolor.

Entonces me decidí, sólo había una salida. Fui hacia la cima del desafío con una indignación.
Esta indignación me dio una definición. Actué sola, y con toda la fuerza para matar aquello que me estaba “matando”. Entonces me puse manos a la obra.

En la segunda semana de mi propósito, mientras aún perseguía mi objetivo, a las 4hs de la mañana miré mi buzón de correo y vi 214 emails por responder, aparte de los que estaban en espera. Empecé a entrar en llanto y agonía.

¿Y ahora? La cuarentena iba a comenzar a las 5 de la mañana, y yo estaba completamente desestructurada. No tenía ninguna gana de camuflarme, realmente tenía que exponer lo que estaba ocurriendo en mi interior.

Fue exactamente aquí, en estas condiciones que ocurría mi indignación, en medio de tantos dolores y agonía.

No medí las palabras para explicar lo que era evidente a mis ojos. Y abrí el juego a todas las participantes de la cuarentena. Al punto de definir lo que aún no había definido delante de los demás, ¡¡¡fueron puras verdades!!!
Las participantes no esperaban mi revolución interna. Es más, esta revolución ocurre sin que nadie la espere.

En el próximo blog, voy a contaros el resultado externo de esta revolución interna

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1 comentário

  1. Revolución interna, si que es fuerte pero en su caso es más que todo, pues es la necesidad de cumplir con todo sin que nadie le presione, solo uno mismo y es allí que me parece que sale lo que esta de más para que aparezca el orden y las nuevas maneras.

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