¿Quién puede entender sus errores?

Cuántas veces erramos, y no entendemos por qué.

Una vez, recuerdo que estaba en un viaje a Israel con el grupo Godllywood. Y allí, yo estaba teniendo mucha dificultad para compartir con personas con quienes no había convivido.

Un año antes, me vi con expectativas para saber cómo sería mi reacción en aquel viaje.

Yo  soy este tipo de persona muy introvertida, no soy tan sociable…

Pero, quería ir para ver mi fe, para confirmar cómo estaría en ese desafío.

Y conmigo misma, quería ver mi fe, cómo reaccionaría.

Después de todo, si ya soy consciente de la fe inteligente, debo superar mis dificultades allí, pensé.

La expectativa de ver mi fe era grande, pero llegando, ahí estaba yo con dificultades.

Durante el viaje, estaba meditando en la Palabra de Dios.

“Si guardáis Mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, …” Juan 15:10

Paré allí, me cuestioné. Normalmente guardamos lo que es malo, pensé. Es más marcante lo malo que lo bueno, muchas veces…

Al día siguiente, fuimos en el barco del mar de Galilea. Y de camino, me quedé solita, porque mi amiga se sentó lejos de mi… y me molesté mucho.

Pero allí, solita, Dios habló conmigo. Aún en mi error, Él vino y habló conmigo.

Allí, en la angustia, llegó un momento en el barco, en el que todo el grupo oró, y yo allí, conteniendo las lágrimas, hablé con Dios: “¡¡¡¡No voy a guardar lo que siento!!!! ¡Voy a guardar Tu Palabra!” Fue una lucha interior, lo dije varias veces; para mi misma y para Dios. Y cuando terminé de hablar con Dios, salió aquella tristeza, aquella agonía por mi error.

Aquel viaje que hice a Israel, fue en realidad, un viaje bendecido para mi. No por hacer parte del viaje en sí, sino por la búsqueda que había dentro de mi, de agradar a Dios. Y Dios ve todo eso.

Si… terminó el viaje, volviendo a casa, Dios me reveló todo sobre mi.

Fue una experiencia sin igual. Que me hizo entender mis reacciones desde niña hasta aquella edad. 

Bueno, vamos a continuar con este mensaje… ¡no se lo pierda!