¿QUIÉN ES DIOS? ¿QUIÉN ES USTED? – Episodio 43 : Qué hace el juicio ser justo
- 24
- Nov
- 2023
Normalmente, juzgamos según nuestra voluntad, en aquello que queremos que prevalezca. Entonces si simpatizamos con una persona, queremos defenderla, ¿no es así? Incluso, si ella hace parte de nuestra familia, de nuestra vida, normalmente queremos guardarla, tal vez incluso de ser juzgada, de manera que haya disciplina.
Bueno, no es todo el mundo que actúa de esa forma, no es todo el mundo que quiere hacer juicio según su voluntad, pero, normalmente, el ser humano actúa así.
Jesús dijo lo siguiente:
“Yo no puedo hacer nada por iniciativa mía; como oigo, juzgo, y mi juicio es justo porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.” Juan 5:30
Aquí ve la característica del Señor Jesús, Hijo de Dios. Aquel que representa a Dios, que era referencia del Dios Padre.
El Señor Jesús tenía Su libre albedrío, podría escoger, pero no hacía las cosas según Su propia voluntad. Él hacía, Él juzgaba según la voluntad del Padre, que Lo había enviado.
A veces, usted piensa que su voluntad es la voluntad de Dios, pero no siempre la voluntad de Dios es nuestra voluntad. La mayoría de las veces no lo es.
Entonces, ¿quién puede sujetarse según la voluntad de otro ser? Solamente quién es hijo, hijo de Dios. Y que escoge, como el Señor Jesús dijo.
EN ese momento, me gustaría que observase e hiciese una reflexión en su vida de lo que ha prevalecido. ¿Su voluntad o la voluntad del Padre, de Dios?
Cuando hace su voluntad, sabe bien que no hay paz.
“Hacer la voluntad de Aquel que me envió” – es ser siervo.
“Juzgar de la forma que Dios quiere” – es porque Él está encima de mi.
Muchas personas quieren juzgar por si mismas su propia vida. Cuántas personas piensan así: “Ah, no creo que esto esté bien. Yo veo esto correcto. Ah, no pienso así. Ah, pienso así”. ¿Por qué? Porque ellas en realidad, tiene su propio concepto, su propia opinión y se basan en esa opinión como si fuese la verdad. Pero esa “verdad de si misma” es por causa de su voluntad.
Imagine, la persona que quiere traicionar a su marido o a su esposa, el juicio de ella es así: “Quiero ser feliz, tengo derecho de escoger y vivir así”.
¿Por qué la persona actúa así? A veces incluso tiene hijos, y no piensa en los hijos. Piensa en si misma. Es decir, el juicio basado en su voluntad es injusto. Y esto quiere decir este pasaje.
Pero cuando hace la voluntad de Dios, siempre su juicio será justo. Es decir, no va a basarse en su propia voluntad, en su impulso en su deseo. ¡No! Va a juzgar según lo que es justo, lo que es correcto delante de Dios.
Las personas juzgan por lo que sienten, por su voluntad. No juzgan según lo que es correcto. Y siempre lo que es correcto tiene que ver con lo que es necesario.
Me gustaría que pensase cómo ha juzgado las cosas en su vida. Tal vez su manera de ser, sus propios argumentos, su defensa, su voluntad ha prevalecido.
Tal vez esté ahí haciendo el Ayuno de Daniel y pensando: “Ah, quiero recibir el Espíritu Santo porque así voy a encajar mejor en la iglesia, seré un obrero, el pastor va a contar conmigo…”
Pero, en realidad, está tomando medidas según lo que quiere y no lo que es correcto, lo que es justo.
Necesita el Espíritu Santo no para ser aceptado por un grupo de personas. Necesita el Espíritu Santo para que le guíe a toda Verdad, para dirigirle.
Porque tiene si propia voluntad, y ¿cómo no va a hacer su voluntad? Cuando es bautizada con el Espíritu Santo, usted tiene oídos para oír la Voz de Dios y poder para hacer lo que es correcto, independientemente de lo que siente.
Y es esto lo que me gustaría que observase en su vida. Lo que hace que el juicio sea justo es hacer la voluntad de Dios.