¿QUIÉN ES DIOS? ¿QUIÉN ES USTED? – Episodio 18: ¿Quién cree no perece?

¿QUIÉN ES DIOS? ¿QUIÉN ES USTED? – Episodio 18 : ¿Quién cree no perece?

Dios. Muchas están engañadas sirviendo a dioses que tienen oídos, pero no oyen; tienen boca, pero no hablan; tienen ojos, pero no ven. Y otras simplemente porque no creen. Escogieron no creer.

¿Ha pensado en sufrir por no creer? ¡Es muy fuerte esto! Creer es una elección. Usted escoge a quién oye, a quién da crédito. Si da crédito a Dios, entonces su vida va a ser totalmente diferente. Pero si no cree en lo que Él dice, seguirá sufriendo.

Jesús pagó un alto precio para arrancarnos de la maldición, pero para que eso pueda suceder la persona tiene que creer. La Biblia dice lo siguiente:

Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, es decir, el Hijo del Hombre que está en el cielo.” Juan 3:13

Jesús está hablando de Él mismo. Él vino del cielo, Él habitaba como hijo del hombre, porque vino como hijo de Dios en hombre.

Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que sea levantado el Hijo del Hombre,…” Juan 3:14

En la época de Moisés, él hizo una serpiente de bronce y la puso en un poste, y todas las personas que estaban enfermas, miraban a aquella serpiente y se curaban. Y Jesús vino para comprar nuestra alma, para arrancarnos de la esclavitud, del pecado, porque desde que el hombre pecó, él es esclavo del pecado.

Y el Señor Jesús vino a la Tierra, generado por el propio Espíritu Santo en el vientre de María, nació, fue criado, hasta cumplir con Su misión aquí en la Tierra, que fue la cruz.

Pero ¿por qué la cruz? ¿por qué Él fue crucificado en la cruz? ¿por qué? Porque todos nosotros pecamos, todos éramos esclavos del pecado. Y el Señor Jesús llevó sobre Si nuestros dolores, no solamente nuestros dolores físicos, sino también nuestros dolores del alma.

El pecado abrió la puerta para la muerte, y empezó a existir la muerte que no había hasta ese momento para el hombre, pero eso pasó después de que él pecase. Desde entonces, el hombre vivió debajo del yugo del pecado.

Y para que el hombre sea salvo, tendría que ser perfecto, pero el hombre erra todo el tiempo. Entonces Dios envió a Su Hijo Jesús, Perfecto, a Su Único Hijo hasta entonces, para venir a este mundo, con la finalidad de salvar a las personas del infierno, de la condenación eterna.

Jesús vino para esa finalidad: pagar el precio, de llevar sobre Si toda maldición.

Pero ¿cómo esta maldición va a ser arrancada de mi? Cuando creo en el Señor Jesús, como dice la Palabra de Dios:

Para que todo aquel que cree, tenga en El vida eterna.” Juan 3:15

Existen innumerables sufrimientos, ¿no es verdad? Depresión, angustia, problemas familiares, problemas psicológicos, problemas del pasado, traumas, y muchas personas están bajo esa maldición. No consiguen librarse de sus propios pecados o de aquellos que pecaron contra ellas.

Esas personas pueden intentar esconderse en una discoteca, en una fiesta, saliendo con amigos, pero la tristeza, la angustia está allí en el fondo del alma. Todo lo que ella hace para intentar ofuscar sus tristeza no lo resuelve.

Pero ¿quién en este mundo es sincero para hablar la verdad sobre si mismo? ¿quién? ¿y quién es sincero hasta el punto de decir que la forma en la que está viviendo no le conduce a la vida?

Jesús vino para que usted no perezca, pero no es solamente aquí en esta tierra que son cosas pasajeras, no perezca en la enfermedad, en la vida familiar, en la vida sentimental, económica, esto aquí es poco comparado al sufrimiento eterno que las personas pueden vivir.

Jesús no vino apenas para darle una vida mejor, mientras que usted tiene vida aquí en esta tierra. ¡No! Esto es muy pequeñito. Jesús vino para arrancar su dolor, para que tenga vida. Pero no tener “vida” solamente con una pequeña alegría, una alegría temporal, momentánea, por causa de una situación, sólo porque se casó, porque tuvo un hijo, porque tiene todos sus deseos realizados, ¡no! La vida no está ahí.

Usted ve que hay personas que tienen una familia, que tienen condiciones, tienen todo, físicamente hablando, incluso personas amadas, pero ellas son tristes. ¿Qué tenemos que decir sobre estás personas? Hicieron todo lo que quisieron hacer, y, aún así, son tristes, están angustiadas, depresivas, nada las satisface.

Esto prueba que no tienen vida. La vida no está en el marido, en el hijo, en la familia, en los bienes, en el éxito, en la carrera, en la aceptación de terceros, ¡no! La vida está en su alma cuando usted cree en Jesús.

Pero ¿usted recibe simplicidad de Dios? ¿Recibe la Palabra de Él como el Camino, la Verdad y la Vida? Porque si no cree, no se realiza.

Usted fue creado para tener sintonía con Dios. Nuestra existencia es para relacionarnos con Dios. Y cuando nos relacionamos con Él, no existe vida. ¡Y es esto lo que me gustaría que usted entendiese!

El Señor Jesús vino para un objetivo: para que todo aquel que en Él crea no perezca, sino que tenga vida eterna.

¿Usted cree? Entonces vaya hasta Él, acepte la Palabra de Él, no desconfíe, no tenga miedo, no tenga recelo de entregarse por entero, de hacer aquello que Él le pide que haga.

Porque lo que Dios le pide es para su bien. Ni usted sabe lo que es para su bien, y la prueba que puedo darle ahora es que ya ha escogido tantas cosas y no se ha realizado. Usted no sabe cuál es el camino verdadero.

Sin embargo, cuando empieza a creer en Jesús, escoge el camino correcto, la verdad, la vida. ¡Y quién hace esa elección tiene la vida eterna!

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