Episodio 132 – Él cumplió su Misión

Episodio 132 – Él cumplió su Misión

La prueba es que cuando el Señor Jesús vino a este mundo, El vino con un objetivo salvar a los que están perdidos, a los que asumen que están perdidos y que necesitan de la Salvación de Él.

Dios es un Ser Perfecto, Poderoso, y Creador de los cielos y de la tierra.

Él no solo habla lo que usted y yo debemos hacer por saber lo que es mejor para nosotros, sino que Él también practica lo que El mismo habla.

Y antes de que Jesús fuera traicionado, cuando estaba en la cena con Sus discípulos, Judas, el traidor, salió, después de que le dijo que hiciera de prisa lo que tenía que hacer.

“Pero ninguno de los que estaban sentados a la mesa entendió por qué le dijo esto.Porque algunos pensaban que como Judas tenía la bolsa del dinero, Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta, o que diera algo a los pobres. Y Judas, después de recibir el bocado, salió inmediatamente; y ya era de noche.

Entonces, cuando salió, Jesús dijo: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en Él.” Juan 13:28-31

Jesús sabía que Judas iba a traicionarlo, y Él vino a este mundo con el objetivo de salvar. Pero, para salvarme a mí, a usted y a todos los que asumen la fe, Él tendría que pagar el precio de ser condenado, crucificado. Él tendría que pasar por eso, no había otra forma.

Entonces, cuando Judas salió, Jesús le dijo:

“…Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en Él. Si Dios es glorificado en Él, Dios también le glorificará en sí mismo, y le glorificará enseguida.” Juan 13:31-32

Jesús estaba mirando para Su objetivo, para Su responsabilidad y para aquello que iría a acontecer, que era glorificar al Padre.

Pero, ¿de qué forma Jesús iba a ser glorificado y Dios glorificado? Cuando Él cumpliese Su papel aquí en esta tierra, es decir, sacrificarse hasta la última gota de Su vida.

Yo le pregunto: ¿será que usted haría esto por personas que no merecen? En este caso, nosotros los que pecamos. Pues sí, Jesús hizo Su sacrificio para comprar nuestra alma, porque caso contrario nosotros estaríamos condenados al infierno.

Jesús nos dio el derecho de tener la oportunidad de arrepentirnos y cambiar de vida.

El Señor Jesús hizo todo con Amor. Será que, ¿si usted tuviese que hacer algo por alguien que no merece, que no tiene nada que ofrecerle, ¿cómo haría? ¿Usted lo haría, reclamando, dando vuelta a los ojos o murmurando?

Pues sí, El Señor Jesús cumplió Su misión, y Él fue glorificado, y El Padre fue glorificado en Él.

Cuando asumimos la responsabilidad con nuestra fe, de hacer las cosas, sin murmurar, sin cuestionar, sin colocar una carga en las personas que están a nuestro alrededor, nosotros no miramos para nadie, pero simplemente vemos que esa es nuestra función.

Él, el Señor Jesús, lo hizo en pro de nosotros, del Padre, y por salvar nuestra alma. Y yo soy muy grata a Él por todo lo que Él hizo, por la oportunidad.

Si hay una cosa que yo aprecio de Dios, más que cualquier otra cosa, que El pueda darme, es Su perdón. Pero si no tuviese el perdón, yo estaría condenada, sin oportunidad, sin una nueva vida. Pero Jesús apaga mi pasado, arranca mi pasado, cuando yo asumo mi fe en Él.

Y cuando nosotros hacemos nuestra parte, nosotros tenemos paz, porque agradamos a Dios. Y esa paz de hacer su parte, le trae fuerza y disposición, porque usted ve que no es imposible cumplir su misión de asumir su fe, de hacer lo que es correcto, lo que es verdadero y justo.

¡Cuando usted hace, usted se queda en paz consigo mismo!

Muchas personas tienen la conciencia pesada, son tristes, depresivas porque supieron de su responsabilidad, pero no cumplieron con su parte.

¡Haga su parte y tenga paz con Dios y con los hombres!

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