¿Qué es lo que más le gusta hacer? Parte 3
- 7
- Abr
- 2016
Continuamos con la pregunta del mes: «¿Qué es lo que más le gusta hacer?», y ya abordamos dos temas relacionados con el asunto.
Si usted no acompañó estos posts relacionados con la Obra de Dios, le aconsejo ingresar a los links y actualizarse desde el principio.
«Y dijo el Señor: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne…» (Génesis 6:3)
Y, ¿por qué carnal? Porque la persona busca su propia honra. Quiere que todo le salga bien y fluya para sentirse bien consigo misma.
¿Y qué sucede cuando se siente bien?
Pasa a exigir más de los otros; no vigila, se cree «digna» de una posición…y cuando otra compañera recibe, en lugar de usted, se siente «injusticiada», no entiende. Después de todo, supuestamente, toda la atención estaría puesta sobre sí misma. Se pregunta: «Si yo me estaba desenvolviendo, ¿por qué es que yo no pude alcanzar esa posición? ¿Cómo hizo esa persona para obtener esa responsabilidad si yo soy mejor que ella?»
Eso sucede cuando se queda en la expectativa de que es digna de algo o de quien tiene derecho de ejercer determinada función.
Cuando yo me siento bien con mi trabajo, entonces yo me vuelvo independiente. «Yo sé todo, yo tengo el control, yo sé manejar mi tiempo. yo me sé desenvolver, etc». Yo estoy para ganar, y con todo lo que me hace ganar, yo debo tener cuidado porque eso no es bendición…¡Bendición no es lo que yo tengo!
La prueba de eso es que Jesús perdió todo y a todos. Hasta se quedó solo, sin el Padre. Y fue todo lo que Él perdió lo que le permitió regresar al Padre y sentarse en el Trono. Y así, delante de Él toda rodilla se doblará y toda lengua Lo confesará.
El Padre hizo eso cuando el Señor Jesús perdió todo, pues probó quién era Él. Perdió los «títulos», quedó desnudo… Pero, delante de todo eso, lo peor para Él fue estar lejos del Padre.
Y Él «perdió» no porque pecó, sino porque solamente obedeció. Si el Señor Jesús hiciese lo que le agrada, Él no hubiera muerto en la cruz por nosotros, pues no era agradable estar lejos del Padre.
Dios no va a actuar para siempre en el Hombre que se agrada de las cosas terrenales, que toma para sí mismo aquello que sus ojos desean.
Y, delante de esto, ya dio la respuesta a la pregunta: «¿Qué es lo que más le gusta hacer?»
Continúa la próxima semana..
Michelle Ramirez
10 mayo, 2016 a 18:2
La comparación se vuelve algo muy feo siempre vigilo para no hacerlo también desde empezar la obra se me fue enseñado y nunca se me olvido porque fue parte de mi vida antigua. Siempre queria ser superior a todos y me la mantenía comparandome. Bendiciones!
MILI1356
7 mayo, 2016 a 15:2
EN CIERTAS OCASIONES CREEMOS MERECER ALGO EN LA VIDA PERO EN REALIDAD NO MERECEMOS NADA. LA VOLUNTAD DE DIOS ES TAN PERFECTA QUE EL SABE POR QUE?, COMO?, EN QUE MOMENTO ES EL MOMENTO ADECUADO, SI VIVIMOS ESPIRITUALMENTE, ACEPTAMOS Y RECONOCEMOS QUE NO SOMOS DIGNOS DE NADA. Y NO ANDAMOS PENDIENTES DE ALIMENTAR ENVIDIAS NI NADA DE ESO.
evelyn
6 mayo, 2016 a 5:2
Ahi que tomar mucho cuidado esperando recibir glorias por un trabajo bien hecho, sea en la iglesia, escuela o en el trabajo. Ojo porque nuestro humanidade se puede manifestar si no estamos pendientes! En cada momento honra y gloria es para nuestro Senor y Salvador Jesuscristo.
Angelica Martin
5 mayo, 2016 a 7:2
Uno debe de dejar las cosas del mundo y enfocadas en la vida espiritual, en su fe en Dios y ultilizar la fe con inteligencia. Dejar las cosas del mundo y sacrificar cosas para materializar nuestra fe es lo que tenemos que ocuparnos en hacer y no depender del hombre o las cosas terrenales.
Karina
2 mayo, 2016 a 1:2
Nunca debemos compararnos con otras personas,para disfrutar todos somos iguales sin distinción alguna.
Elizabeth Martinez
26 abril, 2016 a 0:2
Siempre debemos recordar que nosotras no somos mejores que las demás, pues todas somos iguales delante de los ojos de Dios, y que todo coopera para nuestro bien.