Obrera, ¡¿qué trama tu corazón?!

Estos días, algunas obreras vinieron a hablar conmigo sobre este tema: las cosas que aborrecen a Dios; se les han abierto los ojos, porque es mucho más intenso de lo que alguna vez pensaron.

Ya habían meditado en este pasaje, pero no lo habían mirado ni traído para sus propias vidas.

Esto me hizo pensar en la necesidad de alertar, a cada una, la importancia de profundizarse en la Palabra de Dios, y de no meditar apenas “por encima”, como si se tratase de algo mecánico; de algo que tiene que ser hecho por obligación. Fue entonces que les dije que es mucho más fácil solo aliviar el problema, que ir a la raíz del mismo, porque el trabajo es arduo, y una vez que requiere dolor y esfuerzo doble; muchos no están dispuestos a pasar por este proceso, olvidándose que es lo que trae la solución y, por encima de todo, Salvación.

En el artículo de hoy, voy a hablar sobre una cosa más que aborrece a Dios, esta vez, sobre el corazón que trama proyectos inicuos.

Entonces vamos a raciocinar:

Todo lo que viene del corazón, es impulsivo, emotivo y sobretodo con un interés, porque no piensa en las consecuencias, sino apenas en lo que se puede beneficiar en aquel momento. En realidad, un corazón que trama es aún más peligroso, porque en él hay engaño y trampas , en las cuales él mismo es sorprendido, ¿no es lo que está escrito?: “Engañoso es el corazón, más que todas las cosas, y desesperadamente corrupto; quién lo conocerá?” (Jr. 17.9)

¿Y cuándo podré tener este corazón que trama proyectos inicuos?

– Cuando eres egoísta y sólo defiendes tus propios intereses;

– Cuando conspiras contra alguien, hablas mal de tu compañera;

– Cuando creas armadillas, o piensas en algo que pueda impedir el desarrollo de quien juzgas que no lo merece;

– Cuando tus actitudes son pensadas y muy premeditadas para no revelar tu propia identidad;

– Cuando haces de todo para esconder algo que guardas, y que es pecado;

Estos son proyectos inicuos y mal intencionados. Es algo que nadie ve, pero que se guarda en lo más íntimo, y que puede llevar a la perdición espiritual. Se fría con tus sentimientos y piensa sino estás aborreciendo a Dios con este corazón. Ves a lo más profundo, ¡a la raíz! Y aunque sea doloroso ver tu estado, no seas benevolente contigo misma, trayendo apenas un alivio, sino encara la realidad y no confíes en tu propio corazón. Es preferible vigilar tus actitudes, que descartar, de inmediato, la posibilidad de que no necesitas esta enseñanza.

Me gustaría leer tu comentario, saber si realmente estos artículos han sido relevantes en tu vida.

Un fuerte abrazo.