Obrera autosuficiente
- 17
- Dic
- 2015
Hablaba con una obrera, y me contaba sobre las dificultades y desiertos que estaba viviendo.
Sus palabras eran casi esquematizadas. Su postura ante lo que estaba pasando, era de alguien muy segura y práctica. Parecía que no había dolor, solo una especie de autosuficiencia, como si consiguiera resolver todo con la fuerza de su brazo. ¡Y es justo ahí donde el peligro entra en juego!
Le pregunté: “Pero Luisa, ¿eso de ser segura y práctica en la dificultad no es positivo?
Por un lado sí, porque la persona no se deja abatir fácilmente, pero, la otra cara de la moneda, conduce a la independencia de Dios, pues existirá un orgullo que solita puede superar todo… y esto ocurre de forma muy sutil
En los momentos difíciles debemos aprovechar al máximo par buscar, con profunidad, lo que Dios nos quiere revelar. Pues todo lo que ocurre en nuestra vida no es en vano, principalmente, en la vida del justo. Dios siempre quiere decir algo nuevo y revelar más al respecto.
Por esa razón, no te permitas ser indiferente en la hora del dolor, pues eso te alejará de Dios.
No son pocas las obreras que destacan por su servicio en la Obra de Dios, son activas y siempre dispuestas. Pero, cuando la cuestión a resolver es sobre su interior, buscando en Dios lo que Él pretende de sus vidas en los momentos difíciles, se apoyan en su forma de actuar y en sus conocimientos. Y de esta forma acaban por no sacar el respectivo provecho para su desarrollo interior y personal.
No olvidemos que Dios permite todo, y muchas veces, como forma de llamar nuestra atención para que nos alleguemos a Él más íntimamente; para que dependamos totalmente de Su Fuerza y no de la fuerza de nuestro brazo.
“«Así dice el S EÑOR: Maldito el hombre que en el hombre confía, y hace de la carne su fortaleza, y del S EÑOR se aparta su corazón. Será como arbusto en el yermo y no verá el bien cuando venga; habitará en pedregales en el desierto, tierra salada y sin habitantes. Bendito es el hombre que confía en el SEÑOR, cuya confianza es el SEÑOR.»
(Jeremías 17.5-7)
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Lilian
12 mayo, 2016 a 5:2
Si bien es una gran virtud que la obrera sea practica y autosuficiente, es necesario, que para que su vida sea realmente bendecida en todos los aspectos, ella considere a Dios en todos los momentos, ya que sin Él no somos nada, y por mas fuerza que tengamos, si Dios no ocupa el lugar que le corresponde en nuestra vida, nada saldrá como lo esperamos.
Alejandra Calle Correa
11 mayo, 2016 a 19:2
Me encanto este Post, pues deja muy claro la diferencia que hay cuando para solucionar las cosas ponemos nuestra fuerza y cuando confiamos en Dios. Hay que cuidarnos de ser la obrera autosuficiente, la que cree que todo lo sabe y que todo lo puede, pues Dios no agrada de esta actitud, cuando somos mujeres de Dios comprendemos que cada lucha no se va a combatir con nuestra fuerza si no con la confianza en que Dios nos dará la sabiduría adecuada para sobrepasar esto.
Gracias por este Post. <3
catalina giraldo
20 abril, 2016 a 17:2
Nosotras como obreras y como mujeres de Dios no podemos confiar en la fuerza de nuestro brazo, pues en los momentos mas dificiles es donde mas nos tenemos que acercar a Dios y confiar en sus planes.
angelica carrizales
19 abril, 2016 a 20:2
aveces Dios permite las luchas para fortalesernos y busquemos mas de su presencia y reconoscamos que sin el no somos nada para bolvernos dependientes de el
Ana Lucía Ortíz
12 abril, 2016 a 6:2
En esos momentos es cuando debemos más de saber que sin nuestro Dios no somos nada que Él es el único que puede levantarnos y hacernos fuertes en la batalla, su sabiduría va más allá de nuestra comprensión y su poder ni se diga, si entregamos todo a Él ¿porque dudar?
Eira Marquez
7 abril, 2016 a 5:2
Muy bueno, totalmente cierto que todo lo que pasa en nuestra vida es por una razon, nada es en vano y si de verdad andamos en la justicia de Dios, con mas razon debemos considerar que nuestra vida esta en las manos de Dios y que Dios permite ciertas luchas para que dependamos sola y exclusivamente en El. He pasado por situaciones donde mi Jesus me ha llevado al desierto para yo crecer, aprender y sobre todo madurar.