- 30
- Jun
- 2015
Volviendo al Pasado – 1ª parte
- 30
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- 2015
Hace muchos años, cuando estaba recién casada hacía apenas unas semanas, un familiar me preguntó si por ventura yo quería tener hijos.
¡Inmediatamente dije que no! Y añadí que ya estábamos pensando que mi marido se hiciese la vasectomía, cuando ella oyó esto, enseguida me dijo: “Viviane, tú eres muy joven; tienes que darte un tiempo, no vaya a ser que os arrepintáis después.”
Cuando oí aquella palabra de orientación, me cayó como un “cubo de agua fría” en mi decisión, enseguida concordé con ella y fui a hablar con Julio (mi marido).
Cuando Julio me oyó, me dijo decidido y resuelto: “Yo voy a hacerme la vasectomía. Te guste o no, voy a hacerlo, ¡es mi Isaac!”
Yo tenía apenas 17 años, había sido obrera 2 años, había tenido experiencias magnificas como obrera, experiencias con Dios en mi lectura Bíblica, en mis oraciones referente a “ser” para Dios, yo buscaba solita en mi habitación, tenía aquellos momentos a solas.
La fe que profesaba no dependía del pastor, ni de nadie, era independiente en el sentido de la creencia, inspiración, orientación, etc.…
Era una obrera asidua en la Iglesia; atendía, agarraba demonios, e incluso los entrevistaba en el cuartito de al lado del altar, y después acompañaba los casos que me permitían acompañar.
Y amaba todo lo que hacía, confieso que llegaba a casa con bastante hambre, alegre y cantando: “El hambre es… y yo deseo ver mi comida delante.”
Era delgada que dolía, pero desde el momento en que fui obrera, iba temprano a la Iglesia, trabajaba en cualquier departamento que me diesen trabajo y no recibía nada, era para quedarme por allí.
El Espíritu Santo siempre me guiaba a la verdad, tenía mucho que aprender en la época, y aún tengo, no me sentía sola en ningún momento.
Tenía momentos maravillosos de mi fe; pero aún así, fui afectada por la palabra lanzada en el aire por ese familiar; intenté persuadir a Julio en desistir de su decisión, pero no fue posible.
Cuando él está decidido, “sal de en medio”; nadie lo detiene.
Y por increíble que parezca… ahí estaba yo, en mi pensamiento, diciéndome a mi misma: “Bueno, él dice que no quiere tener hijos, pero si yo quiero tener hijos, ¡es sólo pedírselo a Dios y Él hace todo acontecer!”
Me quedé tranquila porque sabía el poder que Dios tenía, porque todo lo que le pedía a Dios, Él lo hacía.
Yo no sabía nada sobre lo cuánto Dios me enseñaría acerca que lo que existía dentro de mi.
Espera el próximo artículo. Y acompaña este diario donde estaré hablando sobre mi pasado.
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lau
6 julio, 2015 a 19:2
me encanto!! es como leer lo que yo pensaba..
Andrea Elizabeth
2 julio, 2015 a 21:2
Es muy interesante señora!!
Me gusta mucho esta sección de su blog! Puedo entender mucho mejor varias cosas, es lo que buscaba!
Usted tiene razón, la fe de una es independiente, y vemos que Dios se agrada de ella, pero siempre hay alguien que da un comentario y nos deja pensando tonterías…
Espero con ansias la continuación!
Un besito, Dios la bendiga!
Angélica Arzuaga
2 julio, 2015 a 3:2
Muy fuerte señora.
Cuando estamos enteramente confiados en Dios no nos preocupamos con lo que pueda llegar a suceder ya que él es quién provee.
Dios la bendiga.
EDITH MENDOZA
1 julio, 2015 a 15:2
cuando nosotras estamos en espíritu no importa lo que la gente diga . si nosotras queremos servirle a Dios con nuestra vida no importa lo que nosotras tengamos que sacrificar.
juana brusco
1 julio, 2015 a 2:2
Que importante es ser independiente en nuestra creencia y nuestra fe …no podemos vivir dependiendo de otros y trabajar en nuestra comunion con DIOS hace ejercitar nuestra fe!!!
jessenia
1 julio, 2015 a 1:2
Es como volver al primer amor, es bueno no olvidar esas primeras experiencias en la presencia de DIOS.