No ocurre, ¿por qué?

Silvia Alvarenga

  • 1
  • Feb
  • 2012

No ocurre, ¿por qué?

  • 1
  • Feb
  • 2012

Muchas veces pides a Dios varias cosas para que sean concretizadas.


Sin embargo, tarda y tarda, hasta que pierdes la esperanza de que un día aquello será conquistado y por eso, muchos acaban llenándose de incredulidad.

Ya no oran, no hacen nada para Dios con fervor, y sí por obligación, al punto de buscar escusas para todo y todos.

En otras palabras, se buscan un chivo expiatorio en quien puedan poner todas sus frustraciones pasadas, y decir que aquella persona fue injusta. El mal testimonio de otro es motivo para que ella no continúe “sacrificando”.

Se ve eludida por el tiempo, decepcionada por las personas de su alrededor y acaba encontrando en sí misma el propio disgusto de continuar en aquella fe.

Ya no mira a las cosas de Dios con pureza, pero todo se vuelve injusto y es precisamente ahí que ella comienza a guardar varios sentimientos, rencores, decepciones y etc.…

Todo lo que ella piensa es huir de este mundo de la fe, porque todo se vuelve demasiado pesado, y el mundo que antes traía sufrimiento, ahora es codiciado por su “libertad” por no tener que dar cuentas de nada a nadie. Ahora lo que siente es el deseo de lanzarse en aquello que ella sabe ¡qué es desastroso!

Aún teniendo la conciencia de lo que la espera en el mundo, ella no resiste la fuerza de la libertad que tanto busca, siendo así aparentemente libre de lo que está mal.

Ahora te pregunto: ¿Por qué Dios siendo grande en Gloria y Majestad, se hizo sordo y no materializa enseguida la respuesta para asegurar esa persona para Él?

Porque existen condiciones para obtenerse ciertas cosas. Tiene que existir un compromiso serio porque sino aquella criatura no va a valorarlo.

Algo que yo leí está mañana; me llamó mucho la atención y que va a darte una pequeña noción de cómo Dios trabaja con nosotros.

Ele diz assim:

Si vosotros permanecéis en mí y mis palabras en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en quedéis mucho fruto; y así seréis mis discípulos. Juan 15:7 y 8

1ª condición – Permanecer en Él. Ser fiel

+

(Pero no basta apenas permanecer en Él, hay que hacer algo más)

2ª condición – Las palabras de Él permanecen en mí – una fe práctica y constante.

(La palabra está en mí, no puede estar apenas en mis labios.)

= (resultado)

3ª condición – Pedid lo que queráis, que será hecho.

= (resultado)

En esto glorificarás a Dios, en que des mucho fruto.

Interesante que Él no habla en plural, y sí en singular. ¿Por qué?

Porque é algo que tem que ser constante. Não pode mudar devido às “estações” mas que seja contínuo, pois a árvore não muda de fruto, sempre dará o mesmo fruto.

Y después Él habla, ¡así seréis discípulos de Él!

¿Ves, ser discípulo no es apenas tener mucho tiempo de iglesia o tener una posición? Pero que dé mucho fruto.

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2 comentários

  1. Cuando uno deja de ser sensible a la voz de Dios uno pierde esa pureza que Dios nos da dejando asi de ver las cosas espirituales de una forma carnal, por eso cuando uno ora no es respondido, piensa que Dios no escucha y demas por eso siempre uno debe analizarse como esta espiritualmente.

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  2. Ciertamente, la Palabra tiene que estar en mi, buscarla a cada día y no sólo que esté en mis labios. Tan corto y sencillo de más que no le prestamos atención, que una pequeña acción -meditar Su Palabra- puede cambiar nuestras vidas, trayendo lo imposible haciéndose posible a través de la fe, «Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. » (Rom.10:17).

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