La vida de Jacob – 1º Día

La vida de Jacob – 1º Día

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Hola a todos, siempre es un enorme placer estar aquí con vosotros, he estado acompañando los comentarios del Blog y me han marcado mucho.

A partir de hoy… estaré aquí para hablar sobre la vida de Jacob.

1º Día – La actitud de Isaac

“Como te darás cuenta, ya estoy muy viejo y en cualquier momento puedo morirme. Toma, pues, tus armas, tu arco y tus flechas, y ve al campo a cazarme algún animal. Prepárame luego un buen guiso, como a mí me gusta, y tráemelo para que me lo coma. Entonces te bendeciré antes de que muera.” (Génesis 27:2-4)

Esto es lo que quiero resaltar: El consejo de Isaac.

Isaac fue un hijo que Dios había pedido en sacrificio a Abraham; que era un señor de avanzada edad; sacrificó a su hijo en pro de la creencia que tenía en Dios, y esto lo justificó, bendiciendo a Abraham en abundancia.

E Isaac obtuvo la bendición del padre, viviendo marcado por el sacrificio, y el consejo que le daba a Esaú, era exactamente el resultado de lo que había heredado. Aquello que marcó e hizo historia en su vida, que separó lo ‘’normal’’ de lo sorprendente, de lo sobre natural.

Pero no sería apenas el poner la mano en su cabeza que le daría la bendición completa, Esaú tenía que conquistarla.

Ciertamente Isaac esperaba que Esaú hiciese su parte; y antes de ir de caza, le dio el consejo: ‘’  Toma, pues, tus armas, tu arco y tus flechas, y ve al campo a cazarme algún animal. Prepárame luego un buen guiso, como a mí me gusta, y tráemelo para que me lo coma. Entonces te bendeciré antes de que muera.’’

 El momento es ¡AHORA! Y, observa que Isaac no especificó cuál sería la caza, apenas le dijo que tomase las armas y saliese al campo. Tenía el rebaño, pero no pidió eso, justamente para que hubiese por parte de Esaú esa creencia, acerca de la bendición que le dedicaría.

Esaú no se parecía a Jacob – Cocinero – él era cazador, pero… además de enfrentar fieras en el campo, ahora tenía que hacer la comida, y sabrosa.

No era preocupación de Isaac especificar qué hacer o qué animal debía cocinar, sino que Esaú trajera algo que él apreciase para que, entonces, lo pudiese bendecir.

Dios no tiene que darte detalles para que venzas tus miedos e inseguridades, cuando El quiere bendecirte, no hay un camino más fácil, hay que traer la conquista y materializar la creencia. Solo el ungir la cabeza con aceite no implica la bendición total.

Cuando yo tomo mis ‘’armas’’, voy al ‘’campo’’, arriesgo mi vida y hago lo que ni sé hacer, en pro de la fe que tengo en Dios, y así, hago evidente mi tipo de creencia.

Lo que presento para Dios es lo que me justifica delante de Él.

 

Mañana continuaremos con la vida de Jacob,  un fuerte abrazo.

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1 comentário

  1. Muy bueno. Me gustaria aprender mas gracias..

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