La vida de Jacob – 3º Día

Viviane Freitas

  • 27
  • Jun
  • 2013

La vida de Jacob – 3º Día

  • 27
  • Jun
  • 2013

Hola a todos. Es un placer muy grande estar aquí con vosotras diariamente hablando sobre la vida de Jacob.

Estaba consultando el significado de la palabra “carácter” y me di cuenta que también define al respecto de vicios y manías.

Nunca me imaginé que incluyese estás características, pero teniendo esto en cuanta podemos evaluar la profundidad del carácter humano. Te aconsejo que lo averigües.

3º Día – La reacción de Jacob

“Y Jacob dijo a su madre Rebeca: He aquí, Esaú mi hermano es hombre velludo y yo soy lampiño. Quizá mi padre me palpe, y entonces seré para él un engañador y traeré sobre mí una maldición y no una bendición. Pero su madre le respondió: Caiga sobre mí tu maldición, hijo mío; solamente obedéceme, y ve y tráemelos.” (Gn.27:11-13)

Jacob podía escoger decir “¡No!”. Pero, en lugar de preocuparse con las consecuencias que tendría si su padre descubriese su engaño. Se preocupó de la maldición que acarrearía por su acto, y no en actuar a través de la fe, basándose en lo que sería racional.

Y cuando me refiero a la fe, no lo hago basada en la religiosidad, porque en aquella época ni siquiera existía la Biblia. Pero él tenía el ejemplo de su abuelo Abraham.

Observa que la fe es algo racional y justo, pero él no fue justo con su padre. Aceptó el consejo de Rebeca, teniendo ella que asumir cualquier maldición que sobreviniese, fruto de aquella actitud. ¡Ni respetó a su marido! Observa qué falta de consideración.

Interesante, que cuando no nos damos cuenta de nuestras actitudes, tampoco percibimos los detalles bíblicos. ¿Sabes por qué? Porque, para ti, es como una “historia”. Ya has leído sobre Jacob y, por eso, nunca hay novedad.

Cuando consideras a Dios, valoras los detalles. Lees cautelosamente.

Rebeca desconsideró todo el consejo que Isaac dio a Esaú. ¡Hizo exactamente lo opuesto!

Así, si lees la Biblia de cualquier forma, también estás desconsiderando, no apenas a los hombres, también a Dios.

Además de todo, Rebeca generó otro problema, porque la relación entre los dos hijos, fue afectada. Observa que ella también gimió, pero su historia no dice que haya luchado con Dios. Era indiferente a su forma de ser.

Y muchas personas también son indiferentes a su forma de ser. Apenas los problemas de los demás son nítidos, ¡pero no los suyos!

Por ahora, solo han perdido, y acaban por frustrarse dentro de la Iglesia.

Conocen y oyen la verdad, e incluso aconsejan a otros a llevar una vida “normal” y a trabajar con la fe emotiva, en lugar de generar vida.

Medita en esto.

Un gran abrazo para todas vosotras. ¡Hasta mañana!

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28 comentários

  1. Si uno no se da cuenta de como esta interiormente, espiritualmente, uno no hace nada para cambiar, porque esta acomodado, y si ya interiormente esta acomodado, no digamos exteriormente. Pero cuando reconozco que no es así como Dios quiere que sea, yo hago todo lo que El me manda, y no hago las cosas de manera religiosa, de cualquier manera.

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  2. Muchas veces no aconsejamos y si imponemos, y de esa manera ne les ayudamos a conocer la verdad, con nuestra actitud solo podemos conseguir apartarlos. Un saludo desde Madrid ESPAÑA

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  3. Muchas veces leemos de cualquier manera la bíblia, y pensamos que estamos bien, a mi muchas veces me paso eso, pero estaba siendo injusta para con Dios, muchas veces de tanto que uno toma las cosas de Dios como cualquier cosa se queda sin que decir a alguien que está en un apuro y es ahí donde las palabras negativas y sin sentido salen, creo que debemos mirar para Dios, pedir perdón y continuar; ahora puedo tomarme un tiempo para meditar en los pasajes bíblicos que leo, hay veces que no entiendo, hay veces que si, pero se que con certeza Dios habla conmigo en lo que leo en ese momento.

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  4. Quando faço as coisas de qualquer maneira para Deus, é porque já me acomodei na fé, é porque passei a dar mais valor ao que tenho e deixei de confiar em Deus e agora confio mais em mim, deixei de ter a Deus em primeiro lugar na minha vida, já não tenho mais essa consideração por Deus. Tudo vai sempre depender das minhas escolhas: a quem eu quero agradar, a quem eu quero servir, quem tenho em primeiro lugar na minha vida, a quem eu quero obedecer?

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