LA VERDAD – Episodio 99 : La verdad sobre cómo resistir al mal
- 23
- Jun
- 2023
El mal está en todo lugar, tentando, trayendo ideas y recuerdos, para que esté siempre en sus garras. Pero, ¿cómo resistir al mal? ¿Cómo ser fuerte contra el mal? ¿Cómo puedo ser mayor que aquello que me tienta? ¿Cómo puedo ser mayor que aquello que ataca mi mente?
La Biblia dice lo siguiente:
“Sujetaos, pues, a Dios, resistid al diablo, y él huirá de vosotros.” Santiago 4:7
¡Preste atención! Una cosa que tiene que observar es que el mal no quiere que use la razón, porque si oye, si está atenta de forma racional, va a entender las artimañas y trampas de él.
Por eso la Biblia dice: “Sujetaos, pues, a Dios.” Para que sujetarme a Dios, tengo que prestar atención a lo que Él dice. Tengo que estar atenta e inclinar mis oídos a Dios. Hay muchas voces hablando, muchas ideas, muchas opiniones, y desprecio todas las opiniones para dar valor a lo que Dios dice.
“Ah, Viviane, es fácil decir: resista al diablo. Pero, a la hora de la verdad, ¿sabe que pasa? Spy débil, me deprimo, incluso, ahora estoy así…”
¿Ah si? ¡Entonces, preste mucha atención, porque si obedece, si está atenta, apelando a su inteligencia va a salir de esa situación ahora!
¿Cómo voy a resistir al diablo? ¿Cómo va a huir de mi? Ah, es eso lo que tiene que saber, la Biblia dice así:
“Acercaos a Dios, y Él Se acercará a vosotros…” Santiago 4:8
Quien se acerca a Dios somos nosotros, incluso cuando Él dic así: “Venid a Mi todos los que estáis cansados y sobrecargados…” (Mateo 11:28), Él está invitando exactamente a este tipo de persona a ir hasta Él.
Entonces, tenemos que acercarnos a Dios. ¿Y de cómo?
¿Sabe? a veces usted va a la iglesia, habla con Dios, pero no se acerca a Él. Preste atención y use la fe inteligente para liberarse de lo que está amarrando su vida.
“Acercaos a Dios, y Él Se acercará a vosotros…” Santiago 4:8
Ah, entonces quiere decir que si me acerco a Dios, Él se va a acercar a mi. ¿Y el mal? ¿Cómo va a ser? Ah, el mal sabe que usted le está amenazando, él va a querer atacarle para que no razone, no se libre de él, porque quiere esclavizarle. Porque una vez esclavizándole a usted, él estará hiriendo a Dios.
“…Limpiad vuestras manos, pecadores;…” Santiago 4:8
Por eso, sea inteligente, acérquese a Dios. ¿Sabe?, son las manos las que tocan, las que trabajan, es con las manos que tomamos las cosas y las acercamos a nosotros. Y, quizá, las cosas que se acerca hasta usted con las malas amistades, informaciones indebidas, vive buscando informaciones de chismes, del pasado, de recuerdos… siendo así, ¿cómo va a limpiar sus manos?
Esto sólo va a pasar cuando deje de ensuciarlas, de acercarse informaciones y coas sucias hasta usted…
“…y, vosotros de doble ánimo, purificad vuestros corazones.” Santiago 4:8
¿Sabe cuando a veces quiere, y otras veces no quiere? Es cuando está vulnerable, indefinido, está siendo manipulado por sus emociones, porque las emociones son exactamente así. Con altibajos.
¡Pero ahora quiero que se libre de esto!
Ahí, donde está, busque un rincón, un lugar reservado, y hable con Dios. Lleve su mente hasta Dios, va a decidir acercarse hasta Él, incluso puede decir así: “El Señor invitó a los sobrecargados, a los amargados… el Señor ha dicho: “Yo os aliviaré!”
Observe que, de esta forma, para acercarse hasta Dios, estará usando la propia Palabra de Él, ¡la invitación de Él para recordar que puede acercarse hasta Él! ¡Haga esto ahora!
Siempre que tenga una cuestión, un dolor en el alma, un problema, una aflicción, es esto lo que tiene que hacer, porque está delante del mal. El mal está cargando su mente de pensamientos negativos, pero usted tiene que acercarse a Dios.
Es de esta manera cómo resolvemos los problemas. No es esperado que alguien se acerque a Dios por nosotros. Somos nosotros quienes tenemos que acercarnos a Dios. Quienes tenemos que expresar lo que está pasando dentro de nuestra mente, de nuestro interior.
Cuando se acerca a Dios de forma sincera, eleva su mente a aquello que quiere. ¿Usted quiere el libramiento, quiere a Dios, quiere paz? ¡Entonces, acérquese a Dios! ¿Cómo? Limpiando sus manos, es decir, hablando con Dios, llevando a Dios aquello que le pasa.
Ahora, preste mucha atención a lo que les pasa a muchas personas que, quizá no están desesperadas, pero están tolerando el mal, en realidad, en el fondo del alma de ellas, existe una agonía, una frustración, pero ¿sabe lo que hacen? Disimulan. La personas busca distraerse, trabajar, hacer algo que distraiga su mente de su tristeza. Es decir, en lugar de resolver el problema, se elude.
Vea lo que dice la Palabra de Dios:
“Afligíos, lamentad y llorad; que vuestra risa se torne en llanto y vuestro gozo en tristeza.” Santiago 4:9
¿Sabe, cuántas personas en este mundo están frustradas y todo lo que hacen es empeñarse en el trabajo, justamente para no encarar aquello que está dentro de si.
Y sólo cuando la persona pone su cabeza en la almohada, o va a dormir, descansar de noche, es cuando viene ese dolor en el alma, esa tristeza. Pero, si ella consigue dormir, vuelve al día siguiente, disfrazando ese dilema.
Y la Biblia habla de forma directa para todos nosotros, para que realmente tomemos nuestras tristezas como responsabilidad nuestra. Y no se puede hacer eso olvidándonos, eludiéndonos… tenemos que asumir que existe una tristeza en nuestra vida.
Y la única forma de asumir esto es cuando asumimos esa responsabilidad de resolverlo con Dios. Y la Biblia dice así:
“Humillaos en la presencia del Señor y El os exaltará.” Santiago 4:10
A veces se enorgullece de lo que hace, de lo que ya hizo… en lugar de retratar la tristeza, quien ha sido usted realmente como padre, como esposa, como madre, como hija, hijo, funcionario, jefe…
Ha visto sus actitudes y sabe que algo está mal dentro de usted, pero hace la vista gorda. Y es así como abre la puerta para el mal, porque no encara su verdad, su realidad. Se auto engaña diciendo que está todo bien, pero está todo mal.
Sea humilde, humíllese para Dios.
Dios está esperando que asuma lo que le pasa, y lo que ha visto. Pero es lo que muchas personas fingen no ver.
Bueno, si está dispuesto a encarar sus tristezas, y llorar, convertir su risa en llanto, es decir, a asumir su realidad, que esa es su verdad, ahora puede hacerlo.
Basta ir a un lugar y hablar con Dios.
Este problema no es mío, es suyo, y es usted que tiene que despojarse delante de Dios. Es usted quién tiene que humillarse delante de Dios. Y es esto lo que siempre hago cuando tengo que encarar aquello que me deja triste, es decir, que me esclaviza. Haga esto para que sea libre. ¡Resista al mal, acercándose hasta Dios!
Maria Yzquiel
28 diciembre, 2023 a 0:2
Amen así es