LA VERDAD – Episodio 56 : ¿Cuándo soy hipócrita?

Si usted no quiere sufrir más, entonces, ¡no sea hipócrita!

Porque la hipocresía engaña a la propia persona. El hipócrita es una persona disimulada, fingida, falsa, artificial.

Jesús dijo:

“Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres…” Mateo 6:5

Los hipócritas eran personas que querían llamar la atención de los hombres, y tenían placer en eso. Cuando hablamos con Dios, no debemos hablar para que otras personas escuchen o para mostrar que estamos alabando a Dios.

El Señor Jesús continúa:

“Mas tú, cuando ores, entra en tu alcoba, y cerrada tu puerta ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.” Mateo 6:6

Imagine, allí en el tempo no había puerta para cerrarla y hablar con Dios, el templo era abierto, como hoy también la iglesia.

Entonces, ¿cuándo cierro la puerta? Cuando me desligo de las cosas del lado de afuera, de las distracciones, de querer llamar la atención de los hombres…

Cuando la Biblia dice: “entra en tu alcoba” quiere decir entre en su intimidad, en el área en que usted es verdadero, es sincero…

La oración es algo muy íntimo, muy particular. Sea realista, hable sobre usted, porque es la única forma de acercarse a Dios, cuando es sincero.

“Y cuando ores, no uses vanas repeticiones, como hacen los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.” Mateo 6:7

En realidad, no se trata de muchas o pocas palabras, sino de palabras que definen lo que carga dentro de si.

“No seáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.” Mateo 6:8

Pero, si Dios ya sabe incluso antes de yo pedir, ¿por qué Él espera que yo hable? ¡Para que exteriorice y asuma lo que está pasando conmigo!

Usted siente muchas cosas, erra mucho, pero ¿se lo dice a Dios? Cuando somos sinceros, asumimos nuestra condición. Y la responsabilidad de su conversación con Dios es suya, ¡porque esta es la única manera de acercarse a Dios!