LA VERDAD – Episodio 3  : Cuando la obediencia nos desafía, ¿qué decir?

Imagine ¿qué haría si usted fuese a un lugar en que corriese peligro?

Si… Dios llamó a Abraham para que saliese de la casa de su padre, pero no le dijo adonde iría, ni lo que enfrentaría.

Y sucedió exactamente lo que Abraham temía, su esposa fue llevada al rey Abimelec para ser su esposa. Sin embargo, Dios interfirió, y le dijo al rey que devolviese a Sara para Abraham, porque sino moriría.

“Entonces Abimelec llamó a Abraham, y le dijo: ¿Qué nos has hecho? ¿Y en qué he pecado contra ti, para que hayas traído sobre mí y sobre mi reino un pecado tan grande? Me has hecho cosas que no se deben hacer.

Y Abimelec añadió a Abraham: ¿Qué has hallado para que hayas hecho esto?” Gn 20:9 – 10

¡Qué situación! ¿No?

Pero, a partir del momento en que usted obedece a lo que Dios le pide, todas las consecuencias son de Él.

Abraham obedeció, porque creyó en Dios. Y esa creencia lo sostuvo durante las dificultades.

“Y Abraham respondió: Porque me dije: Sin duda no hay temor de Dios en este lugar, y me matarán por causa de mi mujer.” Gn 20:11

Abraham dijo exactamente la situación que enfrentaba, la verdad.

Y Abimelec oyó.

Y es esto lo que tenemos que hacer al ser confrontados: decir la verdad, exponer la situación.

“ Además, en realidad es mi hermana, hija de mi padre, pero no hija de mi madre; y vino a ser mi mujer.” Gn 20:12

Es muy lindo ver que la obediencia a la Voz de Dios no sigue el miedo, no sigue el corazón, sino que hace aquello que Dios le pide, mostrando así que Dios está por encima de si mismo.

Abraham siguió apenas la Voz de Dios, porque la voz que obedecemos es a quien ponemos como señor de nuestra vida.

Y a medida que obedecemos a Dios, Lo ponemos como nuestro responsable. Y el hecho de Abraham hablar de Dios a Abimelec, explica también lo que la fe pidió a Abraham.

Abimelec vio tanto el testimonio de Dios en defender a Abraham, como también vio la fidelidad de Abraham con Dios. Y cómo la vida de Abraham hablaba.

¿Y su vida? ¿habla con aquel que no teme a Dios?

Su fe, ¿hace que Dios le defienda?

Evaluemos nuestra fe, porque ella habla la verdad sobre nosotros, y cómo Dios nos trata.