LA VERDAD – Episodio 16: La verdad echa fuera los dioses

LA VERDAD – Episodio 16 : La verdad echa fuera los dioses

Muchas personas dicen que quieren servir a Dios, quieren hacer parte de la Obra de Dios, ayudar al prójimo, pero son personas que viven ocupadas en su mundo. Hacen las cosas primeramente para sí mismos, y cuando sobra un tiempo es que hacen las cosas relacionadas con la Obra de Dios. El enfoque de ellas está en la vida económica, en la familia, en la vida sentimental…

Aman hacer todo por los demás, pero no porque aman a las personas, sino porque les gusta sentir un poco de alivio con la cobranza que hay dentro de ellas, de ser aprobadas por terceros.

Sin embargo, la persona bautizada con el Espíritu Santo no piensa en si primero, sino en Dios. Su vida la vive alrededor de Dios, y no de su propia voluntad. ¡Esto también es ser el diezmo!

Si usted encaja en esta situación, por favor, preste bastante atención:

Ahora pues, temed al Señor, y servidle con integridad y en verdad;…” Js 24:14

Temer a Dios es respetarlo por encima de nosotros mismos. Es considerarlo por encima de todos, incluso de nosotros mismos. Es considerar que Él es quien sabe lo que es mejor para nosotros. Que Él es la verdad, y nosotros no. Nuestro concepto no es la verdad, por eso nos sometemos al Creador de todas las cosas.

Yo debo servir a Dios con sinceridad, no puede ser algo fingido. No puede ser para que yo sea aprobado delante de los hombres, sino que debe ser porque lo necesito.

Si existe verdad en aquello que está diciendo o está determinada en hacer, echará fuera los dioses que sirvió antes.

Como dice la Palabra de Dios:

quitad los dioses que vuestros padres sirvieron al otro lado del río y en Egipto, y servid al Señor.” Js 24:14

Dioses son todo aquello a lo que dedica su tiempo, su mente, sus pensamientos y considera por encima de todo.

Servir a otros dioses hace que se incline para obedecer a aquella idea o pensamiento.

La Biblia dice: “quite esos dioses que ha servido”.

Pues si usted no teme a Dios, sirve otras cosas como prioridades. Y les sirve porque no decidió dar importancia a Dios.

Entonces, ¡la decisión es suya!

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