LA VERDAD – Episodio 15: En la verdad no hay injusticia

LA VERDAD – Episodio 15 : En la verdad no hay injusticia

¿Ya sintió que pasaba por una injusticia? ¿se sintió agraviado por Dios? Pensó así: “Hice todo bien, ¿por qué Dios dejó que pasase esto conmigo?”

Vamos a meditar en lo que dice la Palabra de Dios:

¡La Roca! Su obra es perfecta, Porque todos Sus caminos son justos…” Deuteronomio 32:4

Cuando hablamos de roca, enseguida nos acordamos de algo que estabiliza una construcción. Es decir, es Dios quién hace que suceda cualquier obra permanente. Y esta obra no tiene defectos. No tiene filtraciones, rajaduras. La Obra de Dios es perfecta.

Usted tal vez esté pensando o alimente la idea de que Dios es imperfecto, porque todo lo que ha pasado en su vida, no ha estado bien. Y culpa a Dios por eso.

Tal vez va a la iglesia, o es un creyente que lee la Biblia, pero ha hecho elecciones en su vida y piensa que es una persona buena por las cosas que admira sobre si. Pero a lo que no está atenta y no acostumbra a recordar son las cosas que escoge como prioridad. Que hay muchas cosas que hace dando prioridad a si misma y no a Dios.

Pero cuando usted es humilde para obedecer la Voz de Dios, empieza a construir en la ROCA; y las cosas van tomando una forma perfecta.

Vamos perfeccionándonos, cuando dejamos que nuestra vida sea construida en la Roca. Porque Dios es el único perfecto. Y Sus caminos son justos. A nuestra manera no funciona.

“… Dios de fidelidad y sin injusticia, Justo y recto es Él.” Deuteronomio 32:4

Si razonamos, veremos que nuestros sentimientos nos traicionan.

En forma pervertida se han portado con Él. No son Sus hijos, debido a los defectos de ellos; Son una generación perversa y torcida.” Deuteronomio 32:5

Cuando no ejercitamos la fe, nos corrompemos.

Ahora, la fe es algo que debe tener esfuerzo y renuncia. Cuando no hay eso, entonces… no hay ejercicio de la fe. Y es ahí cuando la persona se corrompe.

Por eso, aproveche este momento tan sublime e importante para buscar a Dios. Pregúntese a sí mismo, pregunte a Dios qué ha hecho con todo lo que ha aprendido. ¿Ha tenido cautela para basarse en construir su vida según la Voluntad de Dios? ¿O ha hecho las cosas según su voluntad?

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