LA VERDAD – Episodio 104 : La verdad sobre el desapego
- 30
- Jun
- 2023
La vida de un ser humano se construye a lo largo de los años, usted sabe esto. Poco a poco, va tomando posesión de bienes, personas, conquistas e incluso su propio hogar, con una vida de casado, hijos, su propia casa.
Pero, sabe que todo eso cuesta un tiempo para tenerlo, y por llevar un tiempo, también tenemos facilidad de apegarnos a aquello que fue conquistado con sacrificios y con dedicación.
Esos apegos terminan trayéndonos preocupaciones, cuidados excesivos y un peso. ¿Y sabe por qué? Porque la persona termina poniendo el objetivo de vida en aquello. Pero no es por ahí que alcanzamos la felicidad y la realización, por lo contrario, muchos se vuelven esclavos de aquella necesidad.
Cuanto más tiempo dedicamos, más incompletos nos quedamos.
Quién ya ha experimentado desapegarse de sus apegos, aprendió a entender que todo en esta vida pasa.
Pero lo que Dios ofrece es mucho más de lo que nuestros ojos pueden ver. La Biblia dice lo siguiente:
“Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.” Marcos 10:28
Pedro era un hombre casado, tenía su familia, pero dejó de vivir su mundito para seguir a Jesús, y él quería saber cuál era la recompensa de eso.
“Jesús dijo: En verdad os digo: No hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos o tierras por causa de mí y por causa del evangelio,
que no reciba cien veces más ahora en este tiempo: casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y tierras junto con persecuciones; y en el siglo venidero, la vida eterna.” Marcos 10:29,30
Jesús está diciendo a la persona que dejó su propia vida, a las personas más amadas, y se desapegó de todos, que Jesús le amó, Jesús compró su pelea, compró su esclavitud.
Y no es posible ser pagado con un alto precio y olvidarse…
Usted que estaba destinado a una prisión eterna, a una vida eterna de frustración, de dolor, no puede olvidarse de Quién le rescató.
Y por causa de ese amor, de ese nuevo amor, de ese primer amor, la persona se deshace de todas las demás cosas importantes.
Muchas personas hoy están tristes, angustiadas porque no dejan sus vidas por amor al Señor Jesús. Sino que quisieron hacer las cosas a su manera. Está bien, no hay problema. Cada uno hace su elección, pero también tendrá su resultado.
El resultado de hoy viene de las elecciones que hizo, de las prioridades y de las cosas importantes que dio. Si hizo de su familiar, de su casa, de su trabajo, de su dinero, de su éxito, lo más importante, entonces hoy tiene el resultado de eso.
¿Tiene conquistas? ¿tiene familia? ¿tiene bienes? ¿está realizado con todo esto? ¡Piense!
Pues si, voy a hablar por mi, mientras que estuve apegada a cualquier cosa, persona, pasado, futuro, preocupación con el día de mañana… ¡fui esclava! Esclava incluso de las personas, de ser aprobada por los demás. Mientras que busqué las cosas a mi manera y resistí a mi entrega a Dios, sufrí, sufrí mucho.
Sufrí porque todas esas preocupaciones y prioridades me hicieron ser cada vez más frustrada, por más protección que daba a esos apegos, más tristeza traía para mi misma.
Pero cuando me acerqué a Dios, todo cambió. Porque somos nosotros quienes nos acercamos a Dios. ¿Y cómo? Cuando usamos la fe racional, es decir, cuando razonamos y pensamos:
“Pero, yo hice las cosas a mi manera y el resultado ha sido este… Y realmente, realmente así no funciona. Quiero desapegarme de mi yo, de ese espíritu mío mezquino, egoísta, orgulloso, avaricioso, vanidoso, ese espíritu de duda, de miedo, ese espíritu que me ha esclavizado. Ya no quiero ser esa persona que he sido, a la que me he apegado, no, ¡ya no quiero esto! ¡me rehúso a aceptar vivir a mi manera!”
Cuando fui así hasta el Señor Jesús, entendí que todo aquello a lo que me apegué me hizo esclava. Y ahí Jesús, con Sus brazos abiertos, me recibió con alegría. Porque Él llama a todos los que están cansados, sobrecargados, con la promesa de que Él nos aliviaría. ¡Él nos quitaría ese peso, esa carga!
Y mire, voy a decirle que este Dios existe, y puedo decirle que Él existe porque se materializó en mi vida, y no empezó por fuera, no, empezó dentro de mi, en mi mente. Dejé de ser una persona esclava de las personas, cosas, pasado, forma de pensar, para tener una nueva mente.
Sabe, antes era una persona que pensaba que reconocer los errores era una humillación, era algo horrible. Pero, a partir de ese momento en que me desapegué, ¿sabe que pasó conmigo? Aprendí que descubrir errores era una oportunidad de usar mi fe, ¿sabe por qué? Entendí que la fe que Dios me dio es lo que me llevaba a entender mi propio valor.
Entonces, el problema no era un problema, era la oportunidad de usar la fe, el valor, el tesoro que Dios me dio.
Entendí que la Palabra de Dios me trajo un tesoro, me hace entender los pensamientos de Dios, me hace estar por encima de todos los problemas, de todas las circunstancias.
Además veo, veo porque cambié mi espíritu, cambié mi mente, cambié no por mi propia fuerza, sino porque cambié mis forma de pensar, mi pasado, mis verdades por la verdad de Dios.
¿Está listo para esto?
Ah, para estar preparado va a tener que dejar toda su vida. Y va a quitar el peso de que hay encima de usted. ¿Sabe que hasta sus sueños son un peso? Si… se queda preocupado, ansioso, disputando, con miedo, pero cuando entrega incluso sus sueños, se quita una carga de encima. ¡Pruebe! ¡Use esa fe inteligente y verá!
Va a experimentar el mundo por encima de lo que la sociedad le enseña de ser dependiente de cosas y personas, haga uso de esa fe.
El Señor Jesús dijo que:
“Jesús dijo: En verdad os digo: No hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos o tierras por causa de mí y por causa del evangelio,
que no reciba cien veces más ahora en este tiempo: casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y tierras junto con persecuciones; y en el siglo venidero, la vida eterna.” Marcos 10:29,30
“Con persecuciones..” es decir, no va a ser comprendido por todas las personas, será perseguido por eso, no le van a entender. Pero como usted entendió, en su interior ya hay una nueva mente, una nueva visión, ya no es esclavo de nadie, ni de cosas.
¡Y no sólo en esta vida, sino también en el siglo futuro, la vida eterna!