¿Es normal sentir celos del hijo?

Parece increíble, pero todavía encuentro personas que ven “bonito” sentir celos de los hijos, la propia frase ya dice todo: “Sentir celos”.

Si, es un “sentimiento” y maligno como muchos otros, no hay nada de bueno en él, porque solamente nos hace caer más y más en la carne y tomar actitudes de las que después nos arrepentimos: Hablamos lo que no queremos y perjudicamos a quien amamos.

Entonces te pregunto: ¿Para qué y por qué acepto los tales dentro de mi? ¿dónde está la belleza de todo esto?

Tal vez respondas: “¡Por qué él es MI hijo!”, entonces vamos a poner todo en orden…

Generamos nuestros hijos, los amamantamos, los cuidamos y por eso somos madres, y lo seremos siempre, ¡nada ni nadie podrá cambiar eso!

Primeramente ten esa certeza dentro de ti: Los celos vienen de una inseguridad, del miedo a perder, del amor posesivo, pero como hemos hablado de estos tres sentimientos en los artículos anteriores (si aún no los has leído, léelos) ya sabes que solo nos perjudican ¿verdad? Por lo tanto, tenemos que buscar en nuestro interior los causadores de esos “indeseables sentimientos”, encontrando la raíz. Podemos arrancarlos y trabajar en nosotras para que jamás vuelvan. ¡Vamos rumbo ese viaje interior!

Cuando hacemos nuestra parte, cuando damos a los hijos nuestro mejor, tenemos esa certeza de que si tenemos en su vida un papel importante y eso jamás cambiará. Ya está, ¡estamos seguras!

Con el pasar del tiempo ellos tendrán otros planes, los objetivos van cambiando según la edad, sin embargo el hecho de ser su madre, nunca cambiará; una vez más ¡seguras!

Criamos a nuestros hijos y los cuidamos para que crezcan y vivan la única cosa que me puede causar inseguridad y es no haber formado en él una base espiritual fuerte, que te sirva como “puerto seguro” en los momentos de las aflicciones y luchas; y si yo hice esto, estoy segura de que mi misión fue cumplida y mucho más seguro estará él, porque dependerá de Dios.

La seguridad elimina cualquier duda, miedo, celos, inestabilidad, etc.…

Haz de tu fe inteligente tu base de vida, enseña a tu hijo con tu ejemplo y disfruta de una vida segura en los pasos de Jesús.