- 6
- Sep
- 2013
Es hora de recomenzar
- 6
- Sep
- 2013
¿Te acuerdas cuando llegaste a la Iglesia, que eras activa, para buscar a Dios?
Buscabas con todas las fuerzas, y no te preocupabas por lo que tenías que hacer para liberarte o recibir el Espirito Santo.
Y después de un tiempo, ya no es así… ¡¿Verdad?! Ya no buscas como deberías, y quizás aún no recibiste el Espirito Santo, por tener miedo de empeñar todas tus fuerzas para recibirlo.
¿Entregar la vida al Señor Jesús, o tener miedo de pagar el precio?
Puedes tener varios miedos, o estar pasando por lo que acabo de mencionar, incluso puede que frecuentes la Iglesia hace varios años, pero dices continuamente al pastor:
«¡Está todo bien, pastor… Estoy en la fe!»
Pero tienes pensamientos contrarios y actitudes opuestas a lo que dices.
Seguro que ya has asistido miles de testimonios, y todos relataron que hubo una entrega de verdad; que fue realizado el perfecto Sacrificio.
Que se quedaron en la total dependencia de Dios y recibieron una vida completamente diferente de la que vivían. Se entregaron y recibieron el Espíritu Santo.
Y si en este momento dices que sí… que ya has visto muchos, entonces ¿por qué aún tienes miedo de entregarte y hacer el perfecto Sacrificio, quedándote enteramente en la dependencia de Dios?
A ti, que estás leyendo este post, te doy un consejo:
¡Deja de ser o de pensar así! Es hora de entregarte totalmente a Dios, sin reservas. Pon toda tu fuerza en «ser» para Dios, y en agradarlo. Vuelve a buscarlo cómo lo buscabas cuando iniciaste en la fe.
¡Un abrazo!
MUCHA
7 julio, 2020 a 13:2
Escribi el nombre de mi blog y saliste vos
Sonrio No podía encontrar mi blog.Hasta esto ha cambiado.
Tengo registrado el nombre recomenzar, debe de ser por eso
Maravillosa tu entrada abrazos
María Luz
1 noviembre, 2014 a 15:2
Es verdad, al principio, en los primeros pasos en la fe, una se dispone de tal manera que, si uno se pone a pensar, a veces era casi imposible poder cumplir con todo. Horas de sueño buscando el Espíritu Santo, evangelizaciones en lugares que jamás pensarías pisar, madrugadas enteras preparando sorpresas para los niños de la EBI, vigilias en las que al dia siguiente una ni dormía y se quedaba hasta el cierre de la iglesia preparando todo para el domingo, tantas otras cosas que uno hacía para Dios y de repente una se da cuenta que dejó de hacer todas esas cosas y más, por actitudes que una ve, por situaciones que una vive. En vez de quedar dependiendo de lo que Dios piensa, quedamos dependiendo de lo que piensan los hombres. La única realidad es que perdemos ese «primer amor», nos enfriamos en la fe, y comenzamos a vivir por la carne. Miramos que el tiempo pasa y muchas veces todo sigue igual, pero no es culpa de Dios y ni siquiera culpa del diablo, la culpa es solo nuestra, por no haber dejado nuestra vida en las manos de Dios. Por quitar nuestra mirada en las cosas de Dios.