Enferma, ¿y ahora?

Viviane Freitas

  • 15
  • Sep
  • 2014

Enferma, ¿y ahora?

  • 15
  • Sep
  • 2014

Si estás enferma, en cama, desesperada e incluso orando, hablando con Dios, y sigues sin saber qué debes hacer, presta atención:


“ Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que naciera ciego?Jesús respondió: Ni éste pecó, ni sus padres; sino que está ciego para que las obras de Dios se manifiesten en él.” (Juan.9: 1-3)

Tal vez estés en cama preguntándote cuál es el pecado que has cometido o qué hiciste para estar en esa situación que te hace estar amargada y triste. Y dices: “He hablado con Dios, pero la situación a empeorado. Cuanto más oro más “sombras” aparecen”. Es lo que muchas personas dicen.

Para la sanidad, la liberación, y la manifestación del milagro, ¡debe haber una conquista!

Pero antes de adelantarnos, es importante que sepas que hay problemas de salud que son de origen espiritual: causados por la brujería, un mal hereditario, etc. Y otros, son físicos, los cuales resultan de un descuido o lapsus, por la falta de cuidado, como una alimentación inapropiada.

Siempre debes ir al médico, hacerte las revisiones, tomar la medicación correspondiente y recuperarte bien. Porque a veces fuiste más allá de tus límites y tu cuerpo es eso: un cuerpo. Y exige una alimentación correcta, horas de descanso, ejercicio físico, entre otros cuidados importantes.

El problema de salud no es más que una forma de manifestar tu fe. No es cuestión de haber pecado o errado, si fue herencia de tus padres, etc.…, sino que es para que la Obra de Dios se manifieste en tu vida.

No es un motivo para murmurar, cuestionar, estancarte, estar triste y hacerte la víctima, porque eso no resuelve nada.

Mientras los discípulos hacían preguntas, aquel hombre seguía igual. Entonces, no se trata de saber las respuestas, ¡sino de aquello que debe ser hecho!

Yo no sé cuál es tu caso, pero debes tomar las medidas necesarias para que haya una acción de tu fe. El Señor Jesús llevó sobre Si todas nuestras enfermedades. Cuando participas de la Santa Cena, mientras que haces una oración en la Iglesia o manifiestas tu fe en casa, o donde sea que estés, y determinas, creyendo, ¡obtienes la respuesta!

Pero, tal vez fuera del ambiente de fe, no asumes realmente tu sanidad y permaneces enferma. Hablas con Dios de una forma y actúas de otra. No continúas en la fe y no persigues tu sanidad. En otras palabras: Pretendes una cosa y actúas de forma contraria a lo que profesas.

La fe no funciona de esa forma. Hay que ser firme en aquello que determinas, ya sea un problema físico o espiritual. Deja de murmurar, de decir que “no puedes” y de mirarte como una víctima. ¡Resuelve la cuestión! Levántate de esa postración, deja de lado las palabras negativas y habla de forma positiva.

¿Qué tienes qué decir? ¿Vas a usar la fe y a tomar las medidas pertinentes? Revela a Dios tu fe, la certeza de que Él oyó tu oración y te curó. Porque de otra forma, cogerás las consecuencias de una fe con duda. Mira hacia delante y reacciona de una forma positiva.

Tal vez estés acostumbrada a oír mensajes de fe, haces la oración pero continúas postrada. ¡Y tú eres responsable de tu vida! Si estás recogiendo frutos de dudas que te estén debilitando y te hacen mirar a las circunstancias, no permanezcas de esa forma, por lo contrario, manifiesta tu fe.

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1 comentário

  1. CIERTO , ES CUALQUIER SITUACIÓN DEBEMOS USAR LA FE ACTIVA YA SEA FÍSICA O ESPIRITUAL ,AVECES TENEMOS UN DEFECIT MAS EL DIABLO USA ESO PARA DEBILITARNOS CON PALABRAS NEGATIVAS QUE MAS NOS HUNDE SI LO PERMITIMOS, POR ESO USAR LA FE ATREVIDA PARA VENCER.

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