El «Chivo expiatorio»

Andreia Petrucci

  • 15
  • Jun
  • 2015

El «Chivo expiatorio»

  • 15
  • Jun
  • 2015

Es habitual querer buscar culpables, en medio de una situación difícil o de calamidad. Lo difícil, y tantas veces raro, es asumir la responsabilidad de seguir adelante, adquiriendo una postura de humildad y reverencia delante de Dios, en las diferentes situaciones.

Si en este instante hace un ejercicio de memoria, se acuerda del padre que abandonó el hogar, tal vez de la madre que nunca tuvo o que estaba ausente; de las dificultades que pasó en la infancia en virtud de un problema de salud o por la falta de asistencia familiar; del marido que la dejó en el momento más difícil de su vida; de los hijos, que ahora criados, no la respetan o ya no dan noticias, etc.

Todos nosotros, de una forma o de otra, tendríamos a quien, o a que «culpar», por aquello que hicimos o por las decisiones que fuimos «obligados» a tomar… Pero, ¿será que vale de algo, además de que nos encadena al pasado y limita nuestro futuro?

La Biblia nos habla acerca de un hombre, Job que atravesó incontables pruebas, pero que no usó su “dolor» como disculpa para «disparar para todos los lados”: No culpó a los «sabeus» (enemigos); al fuego que cayó del cielo, al gran viento que hizo su casa caer, y mucho menos a Dios… En ninguna ocasión Job buscó un «chivo expiatorio» para justificar lo sucedido.

«En todo esto Job no pecó ni culpó a Dios». (‭Job‬ ‭1‬:‭22‬ )

El «chivo expiatorio” servía, en la antigüedad, para hacer la expiación (cumplimiento de una pena que redime) por los pecados humanos, pero a partir del momento en que el Señor Jesus hizo, en nuestro favor, el sacrificio perfecto, el libre acceso a la presencia de Dios también nos hace responsables por nuestras propias elecciones. Somos nosotros, ahora, quienes debemos sacrificar para mantenernos “limpios”, es decir, íntegros en la presencia de Dios.

Ya oí decir: «Dios no me bendice como yo quiero, entonces no voy más a la Iglesia»; «Mi hijo no se convierte y yo estoy sufriendo. De nada adelanta mi lucha…».

Usted tiene que luchar por usted en primer lugar. Nunca se olvide de eso. Sólo tiene la capacidad de salvar, quien valora su propia salvación. Sea sabio(a) y humilde, pues muchos, por querer encontrar «chivos expiatorios», se perdieron, y hoy ni ellos y mucho menos su familia experimentan la alegría de la salvación.

Por más difícil que esté su situación, piense que eso formará parte de su testimonio de victoria, además claro, de darle el privilegio de madurar y crecer como persona.

¿ No será esto mejor que perder tiempo en encontrar culpables?

«No os dejéis engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará». (‭Gálatas‬ ‭6‬:‭7‬ )

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17 comentários

  1. ahí que dejar de buscar culpables, a pesar de la situación que uno viva buena o mala, y dejar de perder el tiempo y buscar lo principal, la salvación y asi uno salvara a la familia y a los demás…

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  2. Cuando buscamos echar la culpa en los demás no podemos ver la realidad de la situación con esto corremos el riesgo de perder nuestra salvación y la de los que nos rodean.

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  3. Para los sabios y fuertes pasar por dificultades hace parte de nuestra madures para hacernos aun mejore y no desistir pero para los débiles es buscar culpable y resignarse a perder la salvación de ella misma y de los suyos al dejar de perseverar y sacrificar.

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  4. Es facíl en el ser Humano buscar cumpables o chivo expiatorio, pero sé necesita de HUMILDAD y SABIO para saber asumir nuestras fallas, no es facíl, pero eso nos fortalece, pues todo es bueno para aquellos que así lo CREEN.

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  5. Es verdad señora que no debemos buscar culpables de nuestros fracasos todo lo que sembramos nosotros cosecharemos en nuestra vida.

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  6. nunca podemos culpar a otros de nuestros fracasos porque lo que uno siembra cosecha

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