¿Quién es Dios? Episodio 150 -DIOS NO LE IMPONE SU VOLUNTAD A NADIE

¿Quién es Dios? Episodio 150 -DIOS NO LE IMPONE SU VOLUNTAD A NADIE

Usted tiene sus actitudes, sus decisiones, y Dios lo ve, como fue el caso de Esaú. Préstele atención a lo que sucedió:

«Y vio Esaú que Isaac había bendecido a Jacob y lo había enviado a Padán-aram para tomar allí mujer para sí, y que cuando lo bendijo, le dio órdenes, diciendo: No tomarás para ti mujer de entre las hijas de Canaán, y que Jacob había obedecido a su padre y a su madre, y se había ido a Padán-aram. Vio, pues, Esaú que las hijas de Canaán no eran del agrado de su padre Isaac; y Esaú fue a Ismael, y tomó por mujer, además de las mujeres que ya tenía, a Mahalat, hija de Ismael, hijo de Abraham, hermana de Nebaiot.» Genesis 28:6-9

Observe que Dios ve sus decisiones y las respeta. Si usted quiere hacer lo malo, Él no se lo impedirá, porque le dio el libre albedrío.

Esta es la razón por la cual el mundo se encuentra como está, porque las personas eligen ser independientes de Dios y tomar sus propias decisiones, pero después piensan que Él tiene la culpa de lo que eligieron.

Esaú nunca valoró la bendición. Incluso, después de ver que su hermano recibió la bendición, fue y tomó como mujer a una de las hijas de Ismael, es decir, de aquel que no era de la descendencia de Isaac. ¿Eso no era una provocación? ¡Así es!

A veces anda tan enojado, airado, que hace todo mal, exactamente para herir a aquel que lo hirió, su papá, su mamá, su marido, su esposa, su hijo; quiere vengarse, ¿pero que hace Dios? Él ve sus decisiones.

Usted cosechará lo que siembra, por eso, no juegue con su alma.

El ser humano tiene la necesidad de buscar a Dios, pero ¿qué hace? Intenta manifestar sus defensas o sus sentimientos, como si fueran el camino, la verdad y la vida, por ese motivo se frustra y es oprimido.

¡Sepa que Dios no impondrá Su voluntad!

Usted tiene que interesarse en saber cuál es Su voluntad.

Usted tiene que buscar lo que es correcto.

Esaú debería haber buscado, debería haberse dado cuenta de su error y decir: «Caramba, hasta aquí me equivoqué, reconozco que me equivoqué», pero ese no fue el caso. Él no reconoció, sino que insistió en seguir equivocándose. ¿Y usted?

Dejar un mensaje

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*