Diablo vs Dios

Viviane Freitas

  • 19
  • Nov
  • 2014

Diablo vs Dios

  • 19
  • Nov
  • 2014

Hola a todos los internautas. Es un placer estar aquí con vosotras. No fue posible el Lunes, pero estamos aquí hoy para hablar sobre el diablo… ¡diablo vs Dios!



“El ladrón sólo viene para robar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”
(Juan 10:10)

Creo que encaja bien este versículo que se refiere al diablo y a lo que él hace. ¿Qué significa robar? Quitar lo que ya existe y te pertenece. Matar: quitar la vida, destruir, arrasar con la vida de la persona. Y destruir: destruir el matrimonio, sueños, las perspectivas. Este es el papel del diablo.

Yo no sé amiga internauta lo que pasa contigo, si estás siendo robada, si te estás deparando con la muerte y destrucción, o si tienes vida, como es la promesa del Señor Jesús, que vino a traer vida con abundancia. Todo lo que se refiere a realización de sueños y vida spiritual realizada, no durante solo un momento, sino la vida plena, en abundancia.

Muchas personas están viviendo en agonía, en la destrucción y tormento, no creen que existe solución. ¿Por qué? Porque cuando están viviendo situaciones delicadas y difíciles, todo lo que imaginan que va a ocurrir de bueno, ¡no ocurre! Incluso oran y piden a Dios, pero es en vano. Y hay motivos para eso:

– Estás orando con una fe emotiva en la cual expresas situaciones, pero no haces nada de aquello que pretendes alcanzar; pides a Dios fuerza pero delante del problema escoges ser débil;

– Pides a Dios que te de dirección, pero esperas que ÉL haga “magia” cuando, en realidad, la fe inteligente requiere una búsqueda racional. No usa los sentimientos o vive por lo que ve o por las circunstancias. ¡La fe inteligente proyecta lo que quiere que ocurra y lo provoca! Hay fuerza en tu interior para hacerlo.

Tú que estás enferma y esto poco a poco te ha consumido interiormente, como un cáncer, hay algo que sucede, porque yo ya estuve enferma, en una situación en la que oraba, clamaba a Dios por la respuesta, pero cuando estaba delante de las circunstancias, por los efectos de lo que estaba viviendo en la salud, comenzaba a murmurar, a mirar a las circunstancias y a quedarme triste. Todo lo que había orado a Dios, por no ser una oración de actitud y definida, no obtenía respuesta.

No es que el diablo me tocase e hizo esto, sino que hay circunstancias en tu vida en las que es necesario usar la fe que Dios te dio, la cual exige que te opongas a las dudas y a las circunstancias, y mirar para aquello que crees. Esta es la fe inteligente que Dios puso dentro de ti, pero que tiene que ser alimentada con la entrega, la creencia, la confianza. ¡Ahí sí! Puedes realmente testificar, como ocurrió conmigo: yo vi el poder de Dios en mi vida. Fue este año, cuando entré en el Santuario, me dije a mi misma: “Yo no puedo entrar allí sin usar mi fe. No depende del Señor, porque ya llevó sobre Si mis enfermedades. Y yo no acepto entrar en aquel Santuario y salir de la misma forma.” Hice todo lo que yo pude en aquella oración… entré en aquel Santuario, llevé mi ofrenda de entrega y obtuve la respuesta. ¡En aquel mismo día yo tuve la certeza!

Ya oí testimonios de personas que cuando descendieron del altar, ¡y salieron con la certeza1 ¡Exactamente! Fue lo que ocurrió. ¿Y sabes por qué? Porque entraron con esa creencia.

Es lo que tienes que hacer, incluso en relación a otros problemas, como en el área familiar. Porque igualmente, viví problemas familiares: Cuando mi hijo llegó él no estaba convertido, no era nacido de Dios. ¡No vino listo! Yo tuve que confiar en Dios, creer que Él lo había traído y no dudar de Su poder. Realmente, había muchas cosas que me enfadaban, y al principio incluso le mostraba mi aborrecimiento, que no era nada bueno, pero Dios, el Espíritu Santo que nos guía a toda verdad, me dijo: “No está bien lo que estás haciendo, Viviane…”. Entonces, nuevamente Le entregué, me sometí a algo que realmente yo tenía miedo de soltar… Pero lo puse en las manos de Dios y no insistí. Y así las cosas fueron caminando. No fue de un momento a otro, en tres meses con nosotros, fue bautizado con el Espíritu Santo. ¡Sólo a través de un milagro esto puede ocurrir! Tantas personas tanto tiempo en la Iglesia, desde hace más tiempo, que ni siquiera recibieron el bautismo… ¿Y por qué ocurre esto? Yo tenía la certeza de que Dios lo trajo no porque soy “buenecita”, sino porque hubo entrega, certeza y disposición durante muchos años.

¡Dios quiere ver esto de tu parte! Entonces no dejes que el diablo te robe la fe, destruyendo tus sueños, o matando tu esperanza. Mira hacia tu objetivo y usa la fe, porque es esto lo que Dios espera de ti.

Un fuerte abrazo y hasta el viernes.

Dejar un mensaje

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*