De Hijos para Padres : Dios no resiste

Hay dos cosas fundamentales antes las cuales Dios extiende Sus brazos y opera a nuestro favor: el Clamor y el Sacrificio!

El Clamor es un “grito” por justicia, acompañado de indignación. En este momento, el “ansía” del alma sobrepasa la limitación humana y “rasga” los cielos, llegando directamente a Dios.

¿Cuántas veces, en momentos de dolor y necesidad extremas, fue el Clamor lo que puso fin a una  gran batalla dentro y fuera de nosotros?

Ni siempre es una respuesta instantánea, pero sin duda, expresa nuestra confianza en Dios y revela la dependencia de Su Acción en nuestras vidas. ¡Y por eso, el alivio es inmediato!

Y el Sacrificio es la expresión máxima de esta entrega… la extensión de una fe viva; un clamor silencioso que infiere en nuestra estructura en función de los objetivos más elevados. Y la respuesta a una entrega sin reservas sólo puede ser de parte de Dios, el prodigio, el milagro, ¡la manifestación de los imposible hecho realidad!

¡Dios no resiste a estos dos aspectos! Jamás un clamor verdadero, acompañado de una expresión de Fe, dejaron de tener resultados junto a Aquel que puede todas las cosas.

Aunque estés enfrentado una gran lucha dentro de ti, con tus hijos o familiares, no olvides que tienes varias “armas” a tu disposición, mucho más que un camino “directo” para llegar a Dios, no son tus lágrimas – que ya habrían sido respondidas si fueran ellas – no es la desesperación y mucho menos la acomodación. Dios se alegra de nuestra fuerza cuando clamamos a Él, y en el sacrificio que estamos dispuestos a hacer para alcanzar las respuestas para nuestra fe.

“También les dijo: Id, comed de la grosura, bebed de lo dulce, y mandad raciones a los que no tienen nada preparado; porque este día es santo para nuestro Señor. No os entristezcáis, porque la alegría del Señor es vuestra fortaleza.” (Nehemías 8.10)

No permitas que los problemas de la vida te sofoquen. A partir del momento en que te dispones a clamar y a sacrificar a Dios, sepas que Él preparó la respuesta a tu favor.

¿Y sabes por qué? Porque no hay forma de que alguien Clame y Sacrifique a Dios, con verdadera entereza de espíritu, sin realmente estar en plena certeza de fe! ¡El hecho, en sí, revela la confianza necesaria para obtener respuestas! El secreto es perseverar creyendo, continuamente, sin dudar.

Fue lo que transformó a hombres aparentemente comunes en el pasado, en verdaderos héroes de la fe. Y es esta misma fe, audaz, que Dios espera que apliquemos hoy en nuestra vida, en el seno de nuestro hogar, entre nuestros seres querido y amigos.

Todos tenemos motivos para Clamar y Sacrificar. ¿Cuáles son los tuyos?

«Ofrece a Dios sacrificio de acción de gracias, y cumple tus votos al Altísimo; e invócame en el día de la angustia;yo te libraré, y tú me honrarás.” (Salmos 50.14-15)