Cuando Dios prueba…
- 19
- Jun
- 2023
¿Sabía que Dios prueba? Observe:
“Aconteció que después de estas cosas, Dios probó a Abraham, y le dijo: ¡Abraham! Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.” Génesis 22:1,2
¿Qué pedido? ¿no? Pues si… Dios ya había mandado a Abraham despedir a Ismael, con la sierva Agar.
Y después de años, en la mejor edad de su hijo Isaac, Dios se lo pide y además lo considera como su único hijo, en quién Abraham se deleitaba, que amaba.
Isaac, ciertamente, era aquel hijo obediente, el hijo de los sueños. Y ahora, la prueba sería Abraham llevar a Isaac hasta ese Monte Moriah, y allí ofrecerlo como holocausto para Dios.
“Abraham se levantó muy de mañana, aparejó su asno y tomó con él a dos de sus mozos y a su hijo Isaac; y partió leña para el holocausto, y se levantó y fue al lugar que Dios le había dicho.” Génesis 22:3
Es interesante que cuando tenemos que sacrificar no es porque Dios quiera castigarnos o maltratar a alguien, sino que es justamente para probarnos quién somos.
Porque podemos hablar lo que queramos a Dios, pero las actitudes no hablan de lo que queremos. Las actitudes prueban quién realmente somos.
Observe que Abraham enseguida se levantó, e hizo cuestión de él mismo tomar a sus siervos y a su hijo. Él mismo cortó la leña para el holocausto. Es decir, era él quién tenía que hacerlo. Era él quién tenía que ofrecerlo a Dios.
Cuando Dios nos pide sacrificios, es porque tenemos que desapegarnos de aquello que es nuestro apego, y que está comprometiendo (o que va a comprometer) nuestra vida.
Cuando pone su mayor deseo, su mayor sueño, lo que más le gustaría para usted, en el Altar para Dios, es porque considera a Dios por encima de si mismo.
Y sabe que Él lo pide por su bien.
Porque somos nosotros los que necesitamos ofrecer a Dios nuestro mejor.
Es más, ¡nuestra vida, nuestro todo!