¿Cuándo aparece Dios?

¿Cuándo aparece Dios?

¿Cuándo aparece Dios para mi y para usted?

Cuando continuamos obedeciéndole, aún delante de muchas dificultades y problemas. Porque es en estos momentos que realmente manifestamos lo que creemos.

En el caso de Isaac, él estaba en una tierra que Dios le había dicho que se quedase, que no fuese a Egipto, y así hizo Isaac. En el hambre, él continuó en aquella tierra, y Dios lo bendijo en todo.

Pero ¿cómo pasó esto? ¿Dios bendijo a Isaac de la nada? ¡No!

Isaac tuvo que cavar el pozo, incluso después de que los enemigos fuesen allí y cerrasen los pozos, y peleasen diciendo que aquel pozo era de ellos, Isaac iba y cavaba otro pozo, y otro pozo.

Hasta que un día, Dios se apareció para Isaac, como dice la Biblia:

Y el SEÑOR se le apareció aquella misma noche, y le dijo: Yo soy el Dios de tu padre Abraham; no temas, porque yo estoy contigo. Y te bendeciré y multiplicaré tu descendencia, por amor de mi siervo Abraham.” Génesis 26:24

¡Mira qué Dios tan maravilloso! En aquella dificultad, en aquella insistencia, en aquella obediencia que Isaac estaba teniendo, ciertamente venía el pensamiento: “no vale la pena”, venía el pensamiento de mirar a las circunstancias.

Por eso, en otras palabras, Dios dijo así: “No temas, tu estás insistiendo, y Yo estoy aquí. Yo Soy el Dios de Abraham, tu padre, el Dios que no desamparó a tu padre, que hizo lo imposible. No temas ¡Yo estoy contigo! No importa lo que está pasando, ¡Yo estoy contigo!”

Y él construyó allí un altar e invocó el nombre del SEÑOR y plantó allí su tienda; y allí abrieron los siervos de Isaac un pozo.Génesis 26:25

Incluso delante de la grandeza, de aquella revelación de Dios con él, Isaac hizo un altar. Pero hay muchas personas que después de que Dios se les aparece, y les dice: “No temas, Yo estoy contigo, te voy a bendecir, a multiplicar…” , no hacen un altar. No invocan el Nombre de Dios. Simplemente se alegran y esperan que las cosas pasen.

Nuestras actitudes hablan por nosotros. ¿Quién es Dios para nosotros?

Quizá dice mucho que Dios es esto, que es aquello, que Dios es maravilloso, que ama a Dios, que quiere servir a Dios, pero cuando las cosas suceden, y Él habla con usted, sólo se queda feliz, pero no hace un altar, es decir, no se relaciona más con Él.

Usted espera y eso revela que no es grato, que no reconoce a Dios, que no Lo invoca, en el sentido de preguntar: “Dios mío, ¿qué tengo qué hacer de aquí en adelante? El Señor está conmigo, pero ¿cuál es mi parte? El Señor dice que está conmigo, pero ¿qué tengo qué hacer delante de esta situación? Quiero servirte, quiero agradarte, quiero hacer lo que es correcto, lo que es justo. No quiero deshonrar Tu Nombre, sino que quiero honrar Tu Nombre.”

Isaac invocó el Nombre del Señor porque él realmente estaba intercediendo, clamando a Dios para que aquella revelación no se perdiese. E Isaac hizo una tienda allí.

Pero ¿qué hacen muchas personas? Ellas “arman tiendas” en lugares en los que no se relacionan con Dios, en lugares distantes de Dios Isaac armó su tienda justo allí dónde edificó un altar.

Era como si dijese: “No me voy a olvidarme lo que el Señor me habló. No me voy a distraer, me voy a mantener firme aquí con el Señor”.

Por eso, quiero que observe cuál ha sido su actitud en relación a lo que Dios ha hablado con usted.

¿Usted se queda así: “Ah, está bien, el Señor está conmigo, entonces voy a esperar…” O usted adora, rinde reverencia a Dios, lo defiende para no perder, no distraerse de aquello que Él le dio? ¡Piense sobre esto!

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