¿Cómo vencer los celos?

En primer lugar, los celos son causados por la inseguridad de un pasado, de algunas escenas que marcaron tu vida, y que has almacenado en tu interior. Por eso, te has vuelto vulnerable, no consigues ser una persona definida.

Vives como una esclava del amor o de la atención de los demás. Las comparaciones son constantes y nunca consigues verte lo suficientemente linda para nadie, porque piensas que no tienes las mismas virtudes de quienes te rodean.

Es muy difícil sobrellevarlo.
Es muy frustrante.
¡Es una pobreza! Mendigando el valor, que tu ya tienes.
Molesta a los demás.
Enfada y avergüenza tu orgullo, por las escenas humillantes que pasas por sentirte así.
Intentas superarlo de diversas formas, estando a la defensiva, algo que te frustra aún más.

Todo esto es algo carnal. ¡Vives un infierno en esta vida!

Mira las consecuencias de los celos:

Se te hace un nudo en la garganta;
Solo tienes ganas de llorar;
Siempre estas a la defensiva;
Guardas todos los sentimientos, recuerdos… Y tu razón te dice que es correcto, pero al mismo tiempo no trae la solución para tu problema, solo sientes y sientes. Y así te amargas la vida, que debería ser dócil.

En lugar de resolverse, los problemas empeoran, porque conoces la verdad, sin embargo, esa verdad no te libera completamente. ¿Porqué? ¿Cuál es el problema que hace que se impongan tus sentimientos incontrolables? ¿Cómo superarlo?

Solo lo superarás cuando razones y veas el estado pobre y mezquino en que has vivido. Eso ocurre, no porque otros ven tu error y te llaman la atención, sino porque ¡no soportas más la INJUSTICIA!

Cuando te ves, y sientes dolor por ser quien eres… asumes tu condición, no de víctima, ¡sino de alguien que tiene que cambiar! No te apoyas en nadie, porque nadie puede arrancar lo que tu misma has nutrido.

Nadie tiene la culpa de tus fracasos. Es muy importante que lo entiendas, porque mientras culpas a otros alimentas aún más los sentimientos. A veces no culpas a los demás, pero siempre te justificas para defender tus actitudes. Esto es muy malo, porque así preservas tu pecado y no lo odias sinceramente.

Cuando lo odias, ¡lo asumes! Y no te preocupas en mostrar un disfraz o una apariencia de que todo esta bien, tampoco defiendes tus razones.

¿Es este tu caso?¿Los celos son tan fuertes en tu interior que no consigues percibir ni ser sensible a la voz de Dios?

Debes ser humilde. Tienes que reconocer que necesitas ayuda.
Debes odiar lo que fluye dentro de ti. Y no defenderte.

Necesitas… ¡buscar!

¿Cómo? ¿Sabes cómo?

Como aquella persona que llega desesperada a la iglesia, que necesita una dirección para su vida, que busca una oportunidad, y cualquier consejo es como un bálsamo para su alma. Ella hace exactamente eso, porque es sensible a la voz de Dios.

La elección es de cada uno, ¡nadie puede interferir en tus decisiones!