Cómo Dios actúa con los suyos

Viviane Freitas

  • 12
  • Nov
  • 2014

Cómo Dios actúa con los suyos

  • 12
  • Nov
  • 2014


“Pero el que entra por la puerta, es el pastor de las ovejas. A éste le abre el portero, y las ovejas oyen su voz; llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera. Cuando saca todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. Pero a un desconocido no seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.Jesús les habló por medio de esta alegoría, pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.” (Juan.10: 2-6)

¿Te preguntarás? “¿Pero no leíste estos versículos el lunes?” ¡Si! Vamos a repetirlos hoy de otra forma, de manera que veas la perspectiva de Dios y no solamente la de las ovejas.

Dios está a la puerta y la “oveja” tiene que acercarse para oírlo. ¡Él está de brazos abiertos! No sólo espera que hagas todo sola y vayas a Su encuentro. A partir del momento que vas hasta Él, pasando por la “puerta”, Él va delante de ti, guiándote. ¡No te quedas sola!

Muchas personas tienen recelo de entregarse completamente a Dios porque piensan que Dios no sustentarás sus deseos, placeres y necesidades; que nunca tendrán el placer de tener su propia voluntad saciada. ¡Eso piensan ellas! Cuando Dios nos conduce hacia fuera, quita aquello que no nos permite desarrollar.

Os preguntáis: “¿Voy a estar ausente de mi voluntad: de tener relaciones sexuales con mi novio? ¿Cómo? ¿Si me entrego a Jesús cómo haré después? ¿Y si estoy carente y con falta de tener a alguien? ¿Jesús va a suplir?”

Para seguir a Jesús en obediencia, tiene que haber una creencia. Y así eres conducida hacia fuera de esa “caja”. Cuando sales, ¡Él te va a guiar! Y lo que para ti, desde el principio es un sacrificio, como abdicar de las relaciones sexuales con tu novio, a tus deseos… Realmente, al principio es un sacrificio, ¡pero que vale la pena! Si la forma en como has vivido te hubiese dado resultados buenos, entonces no buscarías a Dios. Esta forma de ser tuya, no te ha traído nada bueno. Entonces, ¿por qué arriesgar, salir de esa vida e ir “hacia fuera”, obedeciendo la voz de Dios? Así Él estará delante de ti para que Lo sigas.

¿Sabes por qué sigo a Jesús? Porque gano cuando lo hago. ¡No salgo perdiendo! Abdiqué de muchos placeres interiores que nada me traían de bueno, pero en realidad, cuando entregué estos “placeres”, gané. Me vi leve, feliz, con el autoestima elevada, confiada, sin acusaciones y tormentos… adquirí paz, me volví una persona equilibrada, tengo familia y, hoy, lo que te transmito ¿por qué es? Porque escogí seguirlo.

Mi voluntad me hacía ser muy mala… egocéntrica: creaba problemas por causa de mis deseos. Pero a partir del momento que comencé a seguirlo, por mi propia decisión y no por una religión, empecé a ser disciplinada, con un corazón limpio, pura, porque Dios me limpió de toda suciedad, amargura, de todo el pasado. Tengo la certeza que la persona que no se entregó vive atormentada, con la conciencia pesada y no consigue ser feliz.

¡Para ser feliz hay que pagar el precio! Las “ovejas” Lo seguían porque reconocieron Su voz.

Dios actúa, pero tienes que dar el primer paso. Tienes que oír, obedecer y, así, ¡ÉL estará con los brazos abiertos esperándote!

El que pensaba que Dios no supliría, Él dará mucho más. Yo soy prueba de eso: Pensaba que Dios no supliría mi necesidad, pero ÉL me hizo ganar mucho más que aquello que yo podría imaginar.

Un fuerte abrazo para todas, y hasta el viernes.

Dejar un mensaje

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

2 comentários

  1. Asi es sra, cuando uno no se entrega por completo no vive una vida plena, al contrario su conciencia siempre estara pesada, se sentira siempre atormentada.

    Ver más
  2. Es así, siempre en obediencia y temor para con Dios, sin apartarnos de sus pensamientos en ningún momento, y confiando.

    Ver más