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¿A quién temes?
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“Y el rey de Egipto habló a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra, y la otra Puá, y les dijo: Cuando estéis asistiendo a las hebreas a dar a luz, y las veáis sobre el lecho del parto, si es un hijo, le daréis muerte, pero si es una hija, entonces vivirá. Pero las parteras temían a Dios, y no hicieron como el rey de Egipto les había mandado, sino que dejaron con vida a los niños. El rey de Egipto hizo llamar a las parteras y les dijo: ¿Por qué habéis hecho esto, y habéis dejado con vida a los niños? Respondieron las parteras a Faraón: Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias, pues son robustas y dan a luz antes que la partera llegue a ellas. Y Dios favoreció a las parteras; y el pueblo se multiplicó y llegó a ser muy poderoso. Y sucedió que por haber las parteras temido a Dios, El prosperó sus familias. Entonces Faraón ordenó a todo su pueblo, diciendo: Todo hijo que nazca lo echaréis al Nilo, y a toda hija la dejaréis con vida.” (Ex.1:15-22)
El diablo teme y tiembla delante de los que son de Dios, delante del pueblo escogido. Y Dios ya te constituyó como su pueblo, si tú Le obedeces.
Entonces ¿qué es lo que el diablo quiere e intenta? Matar a aquellos que son hijos de Dios, aún así fue instruyendo a las parteras. Ellas tenían la orden del rey.
Imagina tener la orden del presidente, del gobernador para ejecutar algo. Pero como aquellas parteras temían a Dios, no obedecieron al rey de Egipto.
El diablo usa personas, pensando que ejerciendo presión, le vas a obedecer. Antes que a la orden del rey, aquellas parteras ya no lo temían y por eso, sus vidas estaban amenazadas. Por el hecho de temer a Dios, podría pasarles algo drástico, pero por haber dado prioridad a Dios, ¡Él las salvó!
En el momento en que el rey pidió explicaciones, afirmaron: “Es que las mujeres hebreas no son como las egipcias; son vigorosas y, antes que llegué la partera, dan a luz a sus hijos.”
Si te fijas, parece una mentira; un engaño. Sin embargo, ellas no tenían la intención de mentir, sino de respetar al pueblo escogido por Dios. Si matasen a los niños, no habría multiplicación, provocando el exterminio del pueblo de Israel. Y era todo lo que el diablo quería.
Desde el principio de la historia, se percibe que esta es la estrategia del diablo: excluir al pueblo elegido de Dios.
El diablo puede incluso usar el poder de autoridades constituidas, como es el caso del rey de Egipto, pero cuando contamos y dependemos exclusivamente de Dios, dándole prioridad, entonces, nuestro miedo no es en relación al gobernador o la ley, sino en la base del temor a Dios.
Dios hizo el bien a las parteras, porque ellas Lo temieron. Así les constituyó familia.
Muchas personas, hoy en día, temen a los familiares, temen en su trabajo, al jefe, a sus amigas y amigos… ¡temen a todo y todos, menos a Dios! Por eso muchas veces no tienen familia, paz, un hogar o un abrigo. Porque cambian sus prioridades, por la presión del diablo.
¡La elección es tuya! Las parteras hicieron su propia elección. Eres tú quien decide a quien vas a temer: A Dios, o a las “reyes” de este mundo, que tal vez te están “gobernando” en tu trabajo, futuro o vida.
Amiga, reflexiona en este caso y observa que Dios no abandonó a aquellas parteras, sino que las bendijo y es así como será con todos lo que dan prioridad a Dios.
Si estás aliada con Él, estás segura, tendrás fuerza y un abrigo, no sólo en esta vida, ¡sino eterno!
Hasta el Lunes, donde continuaremos hablando sobre Éxodo.
¡Vas a descubrir sobre la historia del pueblo de Israel y también de tu propia historia!
Karla Pérez
16 noviembre, 2014 a 1:2
Muy fuerte esta palabra. Igual pensé al leer ese versículo: «que gran valor las parteras». Pero no fue por valor, sino por temor, y no temor al rey sino Temor a Dios. Vaya que es muy importante aprender a priorizar. Pues Dios jamás desamparará a alquien que le obedece.