¿QUIÉN ES DIOS? ¿QUIÉN ES USTED? – EPISODIO 55 : ¿CUÁL ES SU OBJETIVO? ¿ES DE DIOS?

Hemos hablado de la esencia de Dios y de nuestras imperfecciones. Todo ser humano tiene su objetivo de ser feliz, de realizar sus sueños personales y alcanzarlos, establecerlos, pero el ser humano piensa y trabaja por lo que proyecta.

¿Y Dios? ¿Quién es Dios? ¿Cuál es la meta de Dios? ¿Cuál es tu objetivo?

Hagamos aquí una comparación entre quién es Dios y quiénes somos nosotros. Dios es benigno, Él sirve. Jesús lo dijo así:

“Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”. Juan 6:38

Observen el objetivo del Señor Jesús, que vino a la Tierra para servir al Padre, no para hacer Su voluntad, no vino porque quiso mostrarse, no. Vino a servir. Este era el objetivo del Señor Jesús, el Hijo de Dios.

Imagínese tener como objetivo en la vida agradar a Dios. ¿Te ha pasado esto? ¿O tu objetivo en la vida es perfilar tus sueños, hacer realidad lo que tanto sueñas, lo que tanto deseas?

Y Jesús habla de la voluntad del Padre, que es la de Dios

“Y esta es la voluntad del que me envió: que de todo lo que Él me ha dado yo no pierda nada, sino que lo resucite en el día final”. Juan 6:39

La voluntad del Padre es que todos resucitemos en el último día, porque ese último día es el último día de la decisión, que juzgará a las naciones, al mundo. Y los que resuciten vivirán para siempre con el Señor Jesús.

Entonces, la voluntad de Dios Padre es que yo sea salvo, que ustedes sean salvos, esa es la voluntad de Dios, Él se preocupa por nosotros. ¿Y tú? ¿Te preocupas por Él?

Compara lo que has soñado, lo que has diseñado, lo que has pensado con quién es Dios.

Vea que el nivel de Dios es diferente. Él sirve, y tenemos que admirarlo, porque la forma en que nos trata, nos valora, nos enseña a valorarlo.

Jesús continúa hablando así:

“Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que ve al Hijo y cree en El, tenga vida eterna, y yo mismo lo resucitaré en el día final”. Juan 6:40

Jesús estaba hablando allí, y la gente estaba viendo físicamente a Jesús, pero ni por eso, por ver al Señor Jesús diciendo las cosas que Él dijo, el nivel, Su Espíritu, significa que creyeron. Tenían libre albedrío para creer o no, lo cual es una elección.

Quiero decir, hay tantos milagros, la Presencia de Dios, vas a la iglesia y recibes paz, recibes dirección, eres valorado y, sin embargo, aunque ves a Jesús dándote todo esto, muchas veces, todavía tienes la opción de tener tu meta, tu sueño.

No hay nada malo en tener tus metas, pero todos deberíamos tener la meta de servir a Dios, de hacer Su voluntad, porque Él nos valora.

Y cuando haces la voluntad de Dios, te valoras a ti mismo. ¿Tu sabías de eso? El hecho de que siempre te sientas devaluado es porque haces tu voluntad, aceptas y aceptas tus ideas, tus pensamientos y no eliges servir a Dios. Por eso se vive con hambre, sed de cambio, de algo más, que siempre falta.

Jesús quiere darte vida eterna y resucitarte en el último día. Sin embargo, aquellos que van a la muerte eterna, Jesús no los resucitará, porque optaron por no creer en el Señor Jesús.

Creer en Jesús significa asumir una posición de responsabilidad, de obediencia, de servirle a Él, más que a ti mismo.

¿Estás listo para esto? Bueno, tus actitudes hablarán. Y si miras bien, a partir de ahora quién serás verás si lo que dices es verdad o no.