LA VERDAD – Episodio 54 : ¿Cuál es el mal que le condena?
- 3
- Abr
- 2023
¿Sabe cuando usted se molesta, e incluso llega a encolerizarse por causa de una situación? Muchas veces, la ira pasa, no se vuelve odio… es sólo un momento. Pero ¿y cuándo ella se extiende durante días, meses, años?
Observe lo que el Señor Jesús dijo:
“Oísteis que fue dicho por los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare estará expuesto a juicio. Mas yo os digo que cualquiera que sin razón se enojare contra su hermano, estará en peligro del juicio; y cualquiera que dijere a su hermano: Raca, estará en peligro del concilio; y cualquiera que le dijere: Fatuo, estará expuesto al infierno de fuego.” Mateo 5:21,22
Si… es algo serio ¿no?
Las personas piensan que molestarse, airarse con los otros es algo que debe relevarse…, pero el Señor Jesús está diciendo que esto le lleva a la condenación.
“Por tanto, si trajeres tu ofrenda al altar, y allí te acordares de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.” Mateo 5:23,24
Si usted va a la iglesia, pero tiene rabia, odio de alguien… enseguida viene a su cabeza aquella persona que no perdonó o aquella persona que no le perdonó…
Allí, el Propio Dios le hace acordarse de que aún no resolvió aquella cuestión. Porque Dios no quiere que presente su ofrenda mal resuelto con otra persona. Tiene que estar en paz.
Y la Biblia dice:
“Concíliate con tu adversario presto, entre tanto que estás con él en el camino; …” Mateo 5:25
¿Qué es lo que va a querer hacer? ¿Librarse de una condenación o ser preso el resto de su vida con esos sentimientos que sólo le hacen mal?
Ahora es con usted y su conciencia… si es posible llame a esas personas y pida perdón, o si no, vaya hasta ella y haga el bien. Haga aquello que a usted le gustaría hacerse a si mismo.
Pero si por causa del orgullo, de la vanidad, es resistente a pedir perdón, para cambiar su manera de ser, va a sufrir. Es como si juntase basura en su propia cabeza…
Sin embargo, si obedece, hace lo que Dios le manda, va a librarse de un peso ¡y estará libre!