LA VERDAD – Episodio 43: Nuestra verdad no tiene gloria

LA VERDAD – Episodio 43 : Nuestra verdad no tiene gloria

Muchos de los pensamientos que tenemos y confiamos no nos ayudaron a desarrollarnos como una mejor persona…

¿Cuántas cosas que pensamos que eran verdad, según nuestro concepto de vida, pero eran orgullo por nuestra parte?

Por eso el salmista dijo así:

No a nosotros, SEÑOR, no a nosotros, sino a tu nombre da gloria, por tu misericordia, por tu fidelidad.” Salmos 115:1

El salmista entendió que no había gloria, ni bondad por parte de él, y al verse así, él percibió cuanta gloria y majestad tiene Dios. Porque actuamos de forma tan falla, pero Dios no deja de ser benigno, es decir, Él hace el bien, aún con nuestra imperfección.

¿Por qué han de decir las naciones: ¿Dónde está ahora su Dios? Nuestro Dios está en los cielos; El hace lo que le place. Los ídolos de ellos son plata y oro, obra de manos de hombre.” Salmos 115:2-4

Dios hizo todo lo que es agradable a Él, porque Él sabe lo que es mejor para nosotros. Pero el mundo crea sus propios ídolos… hijo, marido, esposa, trabajo, dinero, éxito y tantas otras cosas.

Pero estos ídolos que ustedes mismos crearon, no consiguen decirle lo que usted necesita. No ven aquello que quiere. No pueden hacer en usted lo que está en falta.

Observe lo que la Biblia dice sobre estos ídolos:

Tienen boca, y no hablan; tienen ojos, y no ven; tienen oídos, y no oyen; tienen nariz, y no huelen; tienen manos, y no palpan; tienen pies, y no caminan; no emiten sonido alguno con su garganta.” Salmos 115:5-7

Piense, ¿en qué ha esperado? ¿en quién o qué ha confiado?

La Biblia dice lo siguiente:

Oh Israel, confía en el SEÑOR; El es tu ayuda y tu escudo.” Salmos 115:9

¡Confíe en Dios! Porque cuando no confía en Dios, en realidad, está creyendo en alguna otra cosa.

Dios es nuestro auxilio. Fue Él quien nos formó y quien sabe lidiar con nosotros.

Confiar en Dios es dejar que Él esté en el control. No intente controlar las cosas, Es Dios quién va a ser su auxilio y escudo.

La confianza nos hace esperar que Dios hará Su parte, y por eso tenemos paz, porque sabemos que Dios es nuestro auxilio y escudo.

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