Volviendo al Pasado – 55ª Parte

Después de leer el libro Amor Redimido mi alma gritaba por dentro en socorrer las almas que estaban sufriendo ahí fuera. Yo tenía que encontrar una solución, no tenía idea de lo que podría ser hecho, hasta que el Espíritu Santo nos inspiró a escribir una carta sabiendo que muchas veces no vienen palabras a la hora de dar una solución.

Entonces fuimos allí, Patricia y yo, al primer local donde estaban las prostitutas, al llegar al local con este miembro de la iglesia, junto a Patricia estaban todas dentro de un hotel, cercado por un sello. Era extraño, yo jamás imaginaría que allí existía una verdadera casa de prostitución.

Yo estaba esperando encontrarme con esas “chicas de compañía”, mal educadas y groseras, pero si ese era el precio yo tenía que enfrentarlo, por amor al alma de ellas.
Aunque fuese extraño alguien se preocupaba por ellas, yo no quería saber cuales serían las consecuencias. La noción de saber la vida que llevaban me dio fuerzas y coraje incluso para aprender, delante de sus ojos a cómo hablarles.

Pero, por increíble que parezca las mujeres con las que tuvimos contacto para conversar, eran dulces. Y algunas se abrieron y se desahogaron agudizando aún más mi “grito” de pasión por sus almas.

Ellas no podían salir del hotel; teníamos que encontrarlas cuando salían a peinarse o hacerse la manicura. Y era allí cuando teníamos alguna oportunidad de hablar con ellas, y después de hablar con algunas siempre les presentábamos algunas cartas más para dárselas a las demás.

La carta contenía el desahogo de ellas, era así que podría imaginar un poco de su dolor.

Y entregábamos esas cartas en las cuales estaba escrito:

“Mi desahogo”

“Ya desde pequeña sólo conocí el rechazo, la decepción, el abandono y el odio. La única esperanza que tenía era el sueño de un día ser feliz, conocer mi otra mitad, ser amada y tener todo el afecto que siempre he querido.
Mis sueños se fueron todos frustrando y conocí la dura realidad de la vida. Fui engañada y ya no creía que el amor existiera. Todos a mi alrededor vivían solamente en búsqueda de sus propios intereses. Rápidamente aprendí el “juego”: ¡Podría conseguir todo lo que quería, bastaba fingir!
Pero cuando estaba sola, no conseguía fingir para mí misma. Lloraba durante horas y, con el tiempo, ya no tenía más lágrimas, mis ojos se habían secado junto con mi alma vacía. Mi carácter se transformó, ya no era más la persona dulce y agradable de ayer, ahora era arrogante y amargada.
Intenté ser feliz, pero nunca me entregué por completo, siempre tenía miedo a ser usada, engañada. Ahora soy como un objeto de subasta y cuanto más tengo € mas quiero €, me he convertido en una esclava de esa necesidad.

Mi indignación es que nunca consigo encontrar las respuestas: ¿Dónde está Dios? Ya busqué en las religiones y sólo encontré ilusiones y falsas esperanzas, ¿en quién puedo creer? ¿Será que existen los sueños que se realizan? ¿Será que la felicidad existe? Lo único que no puedo entender es cómo tantas personas hablan en Dios: Que Él es bueno, que se preocupa, etc… ¿Por qué Él nunca me ayudó? ¿Por qué todo eso tenía que acontecer conmigo? ¡Ah, es mi destino !! ¡Deja de intentar huir de esa maldita vida!”

Hoy, El propio Dios, te vino a contestar:
Yo estaba allí cuando tu respiraste por la primera vez
Pude oír tu lloro, vi tu angustia.
Tú no me viste, pero yo estaba cerca.
Intentaste ocultar tu tristeza y ocupar tu vacío con amigos, en fiestas, buscando callar tu sufrimiento. Tu te sentías sola, pero Yo nunca te abandoné.
Yo veía como tú cambiabas por adentro, cada decepción echaba abajo una parte de tus sueños…
( Pero como ¿? Yo estaba sufriendo y Tú no me sacaste de esta maldita vida ¿?!)
¡SHIIII! Espera, déjame hablar: Yo no te obligaría a nada, ni intentaría sacar provecho de tus debilidades, sé que tú ya no crees que pueda existir una vida ajena a todo eso, pero sólo Yo puedo darte respuestas a todas tus indagaciones.

“Venid a Mí, todos los que estáis cansados y cargados,
y Yo os haré descansar.”

¿Éste podría ser tu desahogo?

Eres nuestro(a) especial invitado (a):
Todos los días , 7h -10h – 16h – 19:30hrs.