- 18
- Jun
- 2014
9º dia – ¿Quién es lo que no entiende, no ve y no entra en el reino de Dios?
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Había, entre los fariseos, un hombre llamado Nicodemo, uno de los principales entre los judíos.
Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.
Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.
El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto?
Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?
De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio.
Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? (Juan 3: 1-12)
Nicodemo, fue a ver a Jesús, lo hizo de noche. ¿Por qué? Observa, que el tenía una posición como uno de los principales entre los judíos.
¿Y cuántas personas hay dentro de la iglesia, con una posición, que no sumen su fe? Y el mayor problema es “esconderse” por recelo de lo que los otros sepan y piensen a su respeto.
Cuando no asumes tu condición para resolver el problema, no te valoras a ti misma y no quieres la verdad. Todo lo que está en las tinieblas, no quieres que sea descubierto, y jamás te aproximas a la luz.
Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
Al final, ¿cómo la persona nace de nuevo? ¿qué pasos hay que dar para ese nuevo nacimiento?
Asumir tu condición
Todos nacemos a través de la sangre – padre y madre – pero eso no significa que nacemos de Dios, como en mi caso, que mis padres son de la fe. Aún así, yo experimenté el nuevo nacimiento. Sino, no vería el Reino de Dios. Pero, para que eso ocurriese, tuve que asumir mi posición.
No sirve de nada quedarme avergonzada cuando el pastor llama adelante y tú te encajas en ese cuadro; no sirve de nada esconderse. En este caso, preocuparse más por los otros, que en resolver tu problema. ¿Ya has pensado en eso? ¡De esta forma, no eres verdadera! Estas fingiendo, te basas en lo que las personas juzgan.
¡Cuando el mensaje va a mi encuentro, tengo que asumirlo y punto! Puedo ser hija del Obispo Macedo, esposa de Obispo Julio, sea quien sea.
¿Qué más da si las personas me van a juzgar o van a tener malos ojos? Si hay algo que resolver dentro de mi, no sirve de nada ir a Jesús de «noche» (a escondidas).
Asume tu condición, porque si no lo haces, serás semejante al fariseo y no podrás nacer de nuevo, porque todavía aprecias tu farsa, tu mentira, y tu engaño.
A Dios lo que más Le llama la atención es tu sinceridad, el ser verdadera con Dios y resolver lo que necesitas.
¡Preocuparse por los demás revela orgullo! ¿Y qué es lo que el orgullo ha hecho por ti durante tanto tiempo? ¡Dime!
Sal un poco de «dentro» de ti y mira la “figura” que has hecho, infeliz, triste, amargada. Asume tu condición, sin miedos y fingimientos. Tienes que valorarte. ¡Estás esperando que los demás lo hagan, cuando en realidad, nadie tiene que hacerlo por ti!
Nacer del agua y del Espíritu
«Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?»
La persona que no es verdadera consigo misma, no consigue entender lo que es ser transparente. Piensa que queremos saber sus «cosas feas». Yo no necesito saber nada sobre ti, pero tú tienes que arrancar ese orgullo. Y para hacerlo, debes asumir tu condición , «Yo no nací de nuevo, no entiendo lo que el Señor dice y quiero hacer todo a mi manera; ir a ver al Señor de noche, con vergüenza de lo que los otros van a pensar de mi. ¡Pero, no acepto esta condición! A partir de hoy, voy a valorarme tal como el Señor me valora, y ya no voy a preocuparme con lo que los demás piensan.»
¡Sé sincera! Es tan lindo cuando eres así…. El hecho de eventualmente, ser imperfecta, no significa que tú seas un problema, por que yo no lo veo así.
«Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.»
¿Qué es nacer del agua y del Espíritu?
Cuando permites que la palabra de Dios te lave y decides bautizarte en las aguas, por que quieres sepultar a la «vieja» criatura.
¡Quién es nacida de la carne, es carne, pero el nacido del Espíritu, tiene vida! No es una persona anulada.
Y cuando nacemos del Espíritu, no hay suposiciones, como convencerse a si misma, de que eso aconteció, porque dentro de ti, todavía existen características de farsa, de engaño, de mentira y vergüenza de asumir a Jesús y en el momento en que haces un análisis a tu carácter, verificas que todavía hay una misma naturaleza, de como siempre has sido…. de ser Humano.
“Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio.”
Incluso había siervos de Dios hablando sobre lo que hemos visto y vivido, pero no aceptas el testimonio de carácter, de humildad, de verdad.
“Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?”
Por eso, hay personas que oyen las cosas de Dios y no entienden nada. Por que no nacieron de nuevo. Pero, amiga, ¡tú tienes esta oportunidad! ¡Cógela!. ¡Es ahora…! ¿Tú reconoces y asumes?
Cuando vivimos lo que creemos, lo que pasa dentro de nosotros es algo fuerte.
En realidad, lo que Dios te pide, es lo que estás reservando y todavía te bloquea, pero si tú lo entregas, serás feliz, te verás ligera, espontánea, vas a valorarte, a tener credibilidad, dentro de ti y delante de los demás.
¡Vamos, hazte linda!
No es el fin, pero si tú oportunidad. Ya te di los pasos. Está en tus manos; ahora resuelve lo que está dentro de ti. ¡Asume tú fe!
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Keyla
31 julio, 2015 a 3:2
Hola, aunque pagar el precio es doloroso, es preferible en vez de vivir en la mentira, por la fe, este propósito sera una gran bendición, porque lo que realmente nos hace lindas delante de Dios es asumir, ser sinceras, y darnos completas para El.
zully d montevideo Uruguay
24 junio, 2014 a 18:2
Es impresionante de que manera nos abre la mente estas palabras. Gracias Vivi ,por darnos la posibilidad de seguir LIMPIANDONOS. Por la cantidad de comentarios que tiene esta palabra ,nos estas haciendo pensar a muchos.
Fátima Moás
21 junio, 2014 a 17:2
En este ayuno quiero ser testigo verdadero del Sr. Jesus en mi vida, cambiar lo que sea, sin verguenza de asumir, reconocer, y como dijo , es lindo !
Besitos !
Any
20 junio, 2014 a 20:2
Muchas gracias señora Viviane, ahora solo tengo que seguir por el sendero que usted me mostró. Sacar la basura y dejar entrar el Espíritu.