1º día : Quién conoce el corazón

¡Hola a todos los internautas!

Es un placer estar aquí con vosotros, ¡en la Fe! Estamos en estos 21 días de Ayuno ¡y estás invitada a participar y a oír los audios todos los días!

¡Se eficiente en aquello que haces para Dios! No te quedes en deuda, no cuesta nada oír el audio, dar a play; en cualquier horario del día, porque estará disponible en el blog de Vivifreitas.

Hoy vamos a hablar sobre quién conoce el corazón, es más, estaremos abordando situaciones en el Blog sobre este asunto. El corazón es la fuente de las emociones, entonces tienes que conocer cómo él actúa, y quién es él… Porque ciertamente cuando no tienes el Espíritu Santo o estás “apagada” espiritualmente, es porque tu corazón ha predominado y si ha pasado eso, ¡el Espíritu Santo no tiene lugar en tu vida! Para esto estamos aquí, y estaremos diariamente a lo largo de 21 días, hablando de tu corazón.

En el libro de Jeremías 17: 9-10

“Engañoso es el corazón más que todas las cosas,
y perverso;
¿quién lo conocerá?
Yo, el SEÑOR, escudriño el corazón,
pruebo los pensamientos,
para dar a cada uno según sus caminos,
según el fruto de sus obras.”

Amiga internauta, primeramente me gustaría decirte que el corazón ¡es tu ser interior! Es decir, ¡quién eres! Lo que hay en tu mente, en tus pensamientos, va a reflejarse en quién eres. Cuando estás sola o cuando sucede algo, vienen pensamientos, ¡unos provenientes del diablo y otros que son tuyos! No son del diablo, ¡no! ¡son tuyos! Tú eres quien estaba pensando de esa manera.

El corazón también es tu voluntad, ¡lo que quieres hacer y refleja tu alma! Observa que cuando lees en el libro de Jeremías 17:9, que el corazón es engañoso, podrás pensar lo siguiente: “¿Cómo que mi corazón es engañoso?” Tu ser… Cómo, si siempre dices: “Yo soy una buena persona.” “Yo soy obrera.” “Llevo tantos años en la obra de Dios.” “Soy esposa de Pastor.” “Estoy en la iglesia desde hace mucho tiempo.” “Ya recibí eso… este milagro…” Pero no estás prestando atención al corazón, porque no se refiere a las bendiciones, a la posición, no estamos hablando de si eres bautizada con el Espíritu Santo o no; ¡lo que digo es que el corazón engaña! ¡Tus sentimientos, tus deseos te engañan! ¡Y piensas que ese deseo tuyo, que también es la de Dios! Y que esa forma de pensar es justa… Pero, cuando vas a medir las consecuencias, “pesas en la balanza”, ¡verás que todo es un engaño!

Cuando hablamos del alma de la persona, es justamente el corazón, porque este es la fuente de los sentimientos y del pecado.

Observa que engañoso y traicionero es el corazón, más que todas las cosas…

El problema que tienes amiga internauta, no es tu deuda, no es tu familia, tu problema económico, tu marido u otra persona… ¡El problema es tu corazón! ¡Y es ese factor que queremos enfatizar aquí en el Blog! El problema que estás viviendo, es derivado del corazón.

“Engañoso es el corazón más que todas las cosas,…”   (Jeremías 17:9)

Entonces, no es el problema que te está engañando, tu corazón es más engañoso que cualquier otra cosa.

“…y perverso; ”   (Jeremías 17:9)

Él quiere siempre llevarte para el lado que es malo, perverso, que mira a tu egoísmo, tu orgullo, a tus defensas, a tu imagen… Tu corazón tiene la tendencia de llevarte a la corrupción.

“…¿quién lo conocerá? ”   (Jeremías 17:9)

¿Tú, que estás en los 21 días, has conocido quién has sido? Podrás decir: “Yo estoy en esta jornada de los 21 días y quiero el Espíritu Santo.”; “Yo ya tengo el Espíritu Santo, pero quiero ser renovada, desarrollar mi vida espiritual, porque creo que estoy muy parada…”

¿Has prestado atención a tu corazón? ¿Estás buscando una respuesta para resolver el problema de tu interior, de tu ser? ¿de tus deseos? ¿de tu alma? ¿sabes que el corazón tiene memorias del pasado? Tú que has sido muy sufrida en el pasado, que fuiste rechazada, tu marido te dejó, fuiste abusada, en tu familia sólo existían peleas dentro de casa, tienes miedos… todas las memorias se quedan guardadas en el corazón de la persona, que termina por actuar conforme a su memoria, a lo que guardó y vio, por eso “se protege” para no herirse, pero al final, actúan con maldad, es decir, con malos ojos hacia las otras personas, en virtud de aquello que pasó.

Observa lo que dice la palabra de Dios:

“Yo, el SEÑOR, escudriño el corazón,… ”   (Jeremías 17:10)

Tú, que te sientes incómoda, tal vez por tus acciones cuando eres llamada la atención, te quedas con vergüenza o te sientes agredida por eso, porque actuaste de forma errada.

Dios escudriña el corazón, ¿qué es eso? Él busca, examina, investiga, es decir, ¡ve lo que está pasando dentro de ti! Estamos hablando aquí de tu ser, de tu pensamiento, de tu deseo, de lo que das prioridad.

“…pruebo los pensamientos, ;”  (Jeremías 17:10)

Él escudriña el corazón y prueba los pensamientos, ve y los prueba, si tus pensamientos son perversos, si juzgan a otra persona…

“…para dar a cada uno según sus caminos,…”   (Jeremías 17:10)

Internauta, independientemente si eres esposa de Obispo, de Pastor, si eres una obrera, si eres un Obispo, un Papa, seas quien seas… un miembro, un evangelista, del grupo joven… ¡No importa tu posición! Lo que importa es que todo tu proceder va a tener consecuencias, y recibirás de acuerdo a tu proceder; ¿qué es eso? Tus elecciones, tu camino.

“…según sus caminos, según el fruto de sus obras”   (Jeremías 17:10)

¡De aquello que haces y que eres! Todos recibimos según nuestro proceder y acciones.

¿Estás decidida a recibir el Espíritu Santo? ¿estás realmente decidida a tener un nuevo corazón? ¡Entonces es momento de resolver la situación! ¡de mirar dentro de ti, a tu alma! Porque hasta ahora, mientras mirabas a tu posición, a los demás, no estabas mirando a tu propio ser, ¡a tu alma! No estabas verificando lo que viene a tu razón, a tus ideas, no verificabas a lo que estabas inclinada…. ¿a tu pereza? ¿a tu orgullo? ¿egoísmo? No percibías que estabas con las emociones “a flor de piel”, y las actitudes que tomas por causa de ellas, ¿qué has vivido?.

¡O es porque estás mirando hacia alguien! Cuando haces eso, no te preocupas por tu alma.

Y empiezas este Ayuno de los 21 días, pensando lo siguiente: “¡Dios, quiero que me llenes con tu Espíritu, pero no quiero hacer mi parte!” En otras palabras, si tú no odias, no vigilas, empezarás el Ayuno y te quedarás mirando a lo que los demás hacen…

¡De esta forma no estarás haciendo este Ayuno por tu vida espiritual! Estás tratando de juzgar, actuar y queriendo que los demás busquen aquello que falta en ellos, que está siendo visto por ti y no lo que ves sobre ti misma en tu propia vida.

Internauta, ¡Dios no va a descender del cielo y convertir tu corazón! Y me cuestionas: “¿Ah no?” ¡No! ¡El corazón lo conviertes tú! Y tú tienes que cambiar y odiar tu comportamiento errado, lo que te hace ser una persona pesada, “floja”, ¡lenta para actuar la Fe! ¡Lenta para ser eficiente y para servir a Dios!

Sirves sólo hasta un punto, pasado de eso, ya no quieres servir más a Dios… ¡Por esto el corazón es engañoso! En la iglesia dices: “¡Yo quiero servirte Dios!” pero cuando estás en casa o en el trabajo, entre tus compañeros y tienes que hacer más, te quedas devastada… Y dices: “¡Pero yo estoy haciéndolo para mi jefe!… que no es de la iglesia…”

Presentas a Dios aquello que ofreces, y si ofreces lo que es malo, allí en tu trabajo con un incrédulo, ¡se lo ofreces a Él también! Te engañas pensando que en la iglesia puedes ser una buena persona, pero en casa puedes mostrarte siendo otra persona, ¡esto es un problema dentro de ti!

¡Embarca en esta jornada de fe! En estos 21 días de Ayuno, ¡mira hacia dentro de ti! ¡No esperes por nadie para hacer lo que tienes que hacer! ¡No dependas de nadie! ¡Eres tú quien tiene que cambiar! Soy yo quien tengo que cambiar, ser mejor.

Mientras que yo esté aquí en esta Tierra, tendré que “ir a por ello”, ser mejor, ver lo que está en mi ser, en mi interior, lo que está en mi mente, en mis pensamientos, en mi voluntad.

Prestar atención a lo que estoy “guardando”, en la memoria del pasado.

Ver si existe verdad en aquello que conozco, es decir, ¿yo conozco y practico?

Tengo que observar mis inclinaciones, donde estoy siempre cayendo y cometiendo los mismos errores.

Fijarme en las emociones, la duda, el miedo, la inseguridad que está dentro de mi ser.

¡Tengo que reparar todo eso! ¡Vigilar todo el tiempo!

Y cuando hago esto, ¡yo desarrollo! Porque no miro a las personas, ¡miro hacia mi misma! Si las personas comenten sus errores, yo no puedo hacer nada, no puedo cambiar a nadie. Puedo exhortar, hablar, comunicar, pero no puedo cambiar por ti. ¡Cada uno tiene que convertirse!

Entonces, ¡te cabe a ti hacer tu parte! ¡Aprovecha esta oportunidad! Aprovecha hoy para exponer aquello que estás viendo de ti misma, a lo largo de estos días iremos a hablar más sobre el corazón, y vamos a probarte varias cosas a través de ejemplos.

Va a ser bueno, ¡porque vas a conocer de dónde viene tu debilidad! Ya no vas a señalar con el dedo a “fulano o beltrano”… ¡vas a ver realmente que tienes un alma y que necesitas salvarla! ¿Cómo? ¡Vigilando y obedeciendo la palabra de Dios!

¡Deja aquí tu comentario!

Tu nombre, el lugar, la cuidad donde vives.

¿Qué estás descubriendo sobre ti al leer este artículo?

Habla conmigo aquí, házmelo saber.

¡Estaremos de regreso mañana!