19º Día : En las dificultades, yo cambio para peor, ¿qué hago?

¡Hola a todas las internautas! Estamos ya en el 19º día y la pregunta es:

En las dificultades, yo cambio para peor, ¿qué hago? Lee conmigo el libro de Deuteronomio 28: 47 – 48

«Por cuanto no serviste al Señor tu Dios con alegría y con gozo de corazón, cuando tenías la abundancia de todas las cosas, por tanto servirás a tus enemigos, los cuales el Señor enviará contra ti: en hambre, en sed, en desnudez y en escasez de todas las cosas; El pondrá yugo de hierro sobre tu cuello hasta que te haya destruido.»

Bueno, amiga, Dios no quiere destruir a nadie, pero, cuando la persona tiene a Dios, es decir, va a la iglesia, acompaña este blog, los audios, pero aun así, insiste en vivir a su manera, trabaja sin alegría, sirve al prójimo sin alegría, sin bondad.

A pesar de que Dios ha suplido todas sus necesidades, aún así, ella se cansa, ella murmura, tiene los pensamientos fijos del tipo: “ay, tengo que trabajar más, tengo que servir más, mira qué hora es para hacer esto, ya es el fin de mi jornada…”

Y servir, es una cosa que va unida al prójimo, tú que has acompañado todos los audios de este ayuno, sabrás, como ya hemos hablado aquí, que Dios se pone muy triste cuando hacemos algo que le enfada, y todo va relacionado al prójimo, cuando tienes problemas con el prójimo. Ahora imagina cuando sirves y presentas tu ofrenda para Dios, tu diezmo,… vas adelante y dejas el sobre con tu ofrenda, tu diezmo, y lo dejas muy feliz, pero te olvidas de que ese diezmo y esa ofrenda lo estás dando del fruto del trabajo que haces, y si en ese trabajo, haces las cosas de cualquier manera, quejándote del jefe, de las horas que trabajas, del peso o responsabilidad, o de las cosas que tienes que hacer en el trabajo, y lo haces con tristeza, indignada, como si fuera un peso, cuando alguien te pide algo más de lo que se supone que tienes que hacer, te sientes avergonzado, humillado… Así no estás sirviendo a Dios.

“Pero mi jefe está endemoniado, mi trabajo en su casa puede esperar, puedo hacerlo luego, estoy cansada ahora, no lo quiero hacer así, etc.” es decir, después llega tu momento de hablar con Dios, y ahí estás tú, con la cara dura, diciendo: “Mira Dios, no sé qué me pasa, por qué estoy pasando por este momento tan malo en mi vida, ¿por qué?”

Porque tú, incluso cuando tuviste abundancia, cuando tus necesidades diarias fueron suplidas, viste como un peso el hecho de servir al prójimo, sea quien sea. No tienes el derecho de servir con rabia, con peso, si haces eso con el prójimo, ¡imagínate con Dios que no Le ves!

Claro, pero tus palabras hacia Dios son bonitas en la hora de la búsqueda, en la hora de la entrega, de hablar con Él, pero te olvidas de cómo estás sirviendo al prójimo, sin respeto, sin reverencia, sin ponerte en tu lugar…

Entonces, eso entristece a Dios, porque con los labios dices una cosa, pero con tu trabajo, con tu trabajo eres negligente, estás ansioso por que lleguen las vacaciones, por que llegue la hora de irte a casa, y obviamente, el trabajo estresa mental y físicamente, depende en lo que trabajes; y es verdad que trabajas, y necesitas descansar, pero eso no es motivo para ser negligente, para mirar solo tu sueldo, tus vacaciones, “mira me han bajado dos euros de mi sueldo”, es decir, no mira cómo hace su trabajo, lo hace con tristeza.

Y así, no estás sirviendo a Dios con alegría y bondad en el corazón, ¿qué es bondad de corazón? esto quiere decir, no mirar al prójimo con malicia, “está abusando de mi buena voluntad, lo hace para humillarme, me quiere pisotear…” y te quedas juzgando y condenando, pero es en estas dificultades, que tú tienes que corregir tus acciones, para que no suceda lo que Dios dice aquí:

«por tanto servirás a tus enemigos, los cuales el Señor enviará contra ti: en hambre, en sed, en desnudez y en escasez de todas las cosas.»

Que es lo que muchas personas acaban haciendo, empiezan a servir al propio problema, es decir, a su egoísmo, y va a tener hambre, sed, desnudez, o sea, nada le va a favorecer, y realmente ¿ya te has dado cuenta de que cuando eres egoísta, y no quieres servir, ¿observa como te quedas hambriento, sediento y todo te falta?

Fíjate que te quedas sirviendo a tu egoísmo, no a la persona, sino a tu egoísmo, y te conviertes en tu propio yugo de hierro en tu cuello, te sientes pesada, cabizbaja, con tu semblante caído, y acabas destruyéndote.

No es Dios quien hace eso, es tu propio pecado quien lo hace, ¿está bien amiga internauta?

Bueno, estamos ya en el 19º día del ayuno y tienes que vigilar todo el tiempo, no puedes parar, “ah, después de los 21 días voy a hacer todo lo que no he podido en estos días…”

Amiga, deberías estar aprovechando estos días, para encontrar lo que te está faltando, porque cuando lo encuentres, vas a hacer que seas feliz, vas a tener alegría y bondad de corazón, cuando sirves a Dios de la forma correcta, no a tu manera, de forma errada.

Entonces, observa tu trabajo, y da tu mejor, ves más allá de lo que debes.

¿Está bien amiga internauta y oyentes de la Radio Positiva?

Un fuerte abrazo para vosotras y si puedes, deja tu comentario, no para poner tonterías, sino lo que realmente necesitas decir.

Si no tienes nada que decir, no hay problema, cuando tengas ocasión, y quieras hablar, te pase algo que necesites contar, cuéntalo, pero cuando no tienes nada que decir, estás pensativa, no pasa nada, te quedas callada y meditas cómo actuar de la forma correcta.

¡Un gran abrazo y mañana estaremos de vuelta!