15º día – Lo que Él tiene para ofrecerte

Viviane Freitas

  • 24
  • Jun
  • 2014

15º día – Lo que Él tiene para ofrecerte

  • 24
  • Jun
  • 2014

Una mujer de Samaria vino a sacar agua, y Jesús le dijo: Dame de beber.”(Juan 4:7)

Amiga internauta, ¡presta atención! La mujer samaritana hacía parte de un pueblo que no se llevaba bien con los judíos, y Jesús le pidió que Le diese agua para beber.

Observa que el Señor Jesús no tuvo vergüenza de pedir, no es orgulloso. Y, cuando Él pide, es algo pasajero, como “agua”.

Todo lo que Le podemos ofrecer, pasa… Por ejemplo, si yo cojo todo lo que tengo y lo pongo en el Altar, junto a toda mi vida, en realidad, puede ser un sacrificio enorme, porque yo necesito aquello para alimentarme, vivir, suplir mis necesidades.

Lo que considero como “mi seguridad”, puede darme seguridad hasta un cierto punto, pero, no para toda la vida; no me da las respuestas para los conflictos internos que atravieso.


“Una mujer de Samaria vino a sacar agua, y Jesús le dijo: Dame de beber. Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos. Entonces la mujer samaritana le dijo: ¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana? (Porque los judíos no tienen tratos con los samaritanos.)”
(Juan 4:7-9)

Si supieses que lo que Él te pide es inferior a lo que Él tiene para darte… Y no es sólo una vida sentimental realizada, la vida financiera estable, o las necesidades físicas suplidas, ¡sino supliendo tu necesidad eterna!

¡¿Cuántas veces has tenido todo, y sufrías por no tener vida?!

“Respondió Jesús y le dijo: Si tú conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: «Dame de beber, tú le habrías pedido a El, y El te hubiera dado agua viva.” (Juan 4:10)

A veces, la persona está con tantas preocupaciones por las necesidades físicas, que la cabeza, pensamientos, están constantemente enfocadas en estas áreas, ¡sin comprender que Dios te quiere dar una respuesta y una dirección para toda la vida!

“Ella le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva? ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo del cual bebió él mismo, y sus hijos, y sus ganados? Respondió Jesús y le dijo: Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed,…” (Juan 4:11-13)

Tú quieres llenar varias áreas de tu vida, que son necesidades y no está mal querer suplirlas, pero, cuando las das prioridad, no estás deseando agua de vida.

Estamos aquí para transmitirte justamente esta agua, ¡la misma que hemos recibido de Dios! Agua que nos hace dependientes de Dios e independientes de las circunstancias.

Yo también paso por necesidades, problemas… si te contase mis experiencias, te quedarías “con la boca abierta” de tantos conflictos. ¡Pero yo vencí! Porque tengo esa agua de vida. Así, existe respuesta, dirección, discernimiento, en el momento en que las emociones me intentan “llevar”, yo digo ¡basta! Esto es el poder que el Espíritu Santo nos ofrece.

No soy perfecta, pero Él me dio poder para discernir entre lo correcto y lo errado, y de encontrar respuestas, cuando nadie me dice nada. Encuentro refugio y certeza en mi diálogo con Dios. ¡Oigo Su voz!

Y este agua, ¡tú puedes tenerlo!

“pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, …”
(Juan 4:14)

Te pregunto: ¿Qué agua estás buscando? ¿Cuáles son tus preocupaciones y has luchado para beber que agua? ¿el “agua” de la vida sentimental realizada, el “agua” de tus necesidades o el “agua” de la vida?

Si realmente quieres el agua de vida, entonces vas a mostrarlo con tus actitudes, y no sólo con tus oraciones: Si nutres con la Palabra de Dios tus pensamientos, entonces estás interesada en el agua de vida, pero si alimentas tu preocupación, entonces estás mas interesada en el “agua” que te hará nuevamente tener sed.

“… sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna.”
(Juan 4:14)

Encuentras respuestas aquí, en el Blog, como una fuente, con la dirección para la vida eterna, y esto es porque busqué y recibí el agua de vida. Y continúo atenta a mi misma, con sed, y viendo mis imperfecciones.

“La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga sed ni venga hasta aquí a sacarla. El le dijo: Ve, llama a tu marido y ven acá. Respondió la mujer y le dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: «No tengo marido, porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad. (Juan 4:15-18)

Dios no da agua de vida a quien quiere, sino a quien es sincero, transparente…

Cuando eres transparente, encuentras el agua de vida, porque te expones, dices la verdad, sin vergüenza.

Mientras la mujer sólo trataba del agua de Jacob, del agua; mientras observaba superficialmente la situación, no estaba resolviendo su problema interior. Si ella entendiese esto, jamás hablaría de cosas superficiales.

Amiga internauta, vas a mostrarte a ti misma, si tu oración es emotiva, o es en la fe inteligente:

Cuando eres emotiva, ¡te quedas igual! Pero cuando es inteligente, y te expones de forma racional, invalidando tus emociones y valorando tu creencia, entonces, en tu día a día, de forma natural vas a odiar el pecado. ¿Y qué es el pecado? Todo lo que es injusto para Dios; todo lo que te hace débil. El pecado es lo que te hace que “floja” y te impide nutrir una fe pura y sincera.

Si actúas con la fe inteligente, siendo transparente, verás resultados. ¡Serás como un “león”!

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1 comentário

  1. Es verdad sra., Viviane muchas veces no me doy cuenta y mi primera reacción es preocuparme por diversas situaciones del día a día; voy a exponerme mas a Dios de forma racional para tener de esta agua que nos hace dependientes de Dios e independientes de las circunstancias.

    gracias por esta palabra.

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